Se quejó de él antes de la campaña, pero enfrentársele fue lo que lo fortaleció. Se quejó de él durante la campaña, pero perdió los estribos y eso le hizo caer en las encuestas en su carrera por la Presidencia. Se quejó de él en la post-campaña, al grado de lograr que se cambiara la ley para que nadie pudiera volver a hacer lo que le hicieron.

Eso fue lo que sucedió con López Obrador ante el entonces presidente Vicente Fox. Antes de la campaña, con el proceso de desafuero en el año 2005. Durante la campaña, con el iracundo “¡cállate chachalaca!” en 2006. Y después de la campaña, con la denuncia que AMLO interpuso contra Fox y que motivó que se modificara la ley electoral para que el presidente de México no pudiera intervenir en las elecciones.

Los datos de las encuestas de aquella época muestran que en dos de estos temas la gente apoyó a López Obrador: al ser víctima del desafuero, consolidó su candidatura como el principal opositor y escaló en las preferencias electorales para colocarse en la punta en ese momento. Incluso después de la cerrada y cuestionada elección de 2006, el 42% de la población pensaba que Fox intervino de manera ilegal durante la campaña. Por ello, los legisladores modificaron las reglas electorales y restringieron la participación del Ejecutivo: nunca más otro presidente usando su poder contra un candidato opositor.

Hoy, desde Palacio Nacional, López Obrador está siguiendo el mismo libreto que la elección de 2006, sólo que ahora interpreta el papel de Vicente Fox: ataca a Xóchitl, y con ello, la fortalece. En el 2005, el 23% de la población decía que Fox “Hace bien” en criticar al precandidato López Obrador, mientras el 60% decía que Fox “Hace mal” en criticarlo. Esta semana El Financiero publicó una encuesta similar: el 67% considera “Incorrecto” que AMLO critique a aspirantes presidenciales; sólo el 29% que dice que es “Correcto”.

Con 18 años de diferencia, los datos son muy parecidos. En esto México no ha cambiado. La misma encuesta marca las consecuencias: desde que entró a la carrera presidencial y ha sido víctima de los ataques de López Obrador, la senadora Xóchitl Gálvez ha recortado dos tercios la brecha entre la corcholata favorita y la aspirante de oposición mejor posicionada: en marzo de este año, Claudia Sheinbaum le llevaba 26 puntos porcentuales a Lily Téllez; la semana pasada la diferencia era sólo de 8 puntos a favor de Sheinbaum sobre Xóchitl.

El final de la película de 2006 lo recordamos bien: Fox fue tan provocador que hizo caer a López Obrador en su trampa. Para cuando llegó la elección, AMLO había perdido la cómoda ventaja que gozaba. Esto lo reconocen hasta los obradoristas que claman fraude: López Obrador se equivocó y llegó en una posición mucho más comprometida.

Ya veremos cómo sortean los nuevos personajes la marea que tienen enfrente.

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