Por si a alguien le quedaban dudas, ayer quedó claro no solo que el presidente López Obrador no estádispuesto a corregir errores flagrantes en el manejo de la pandemia sino que todas las acciones de su gobierno sobre el tema se basan en sus prejuicios y creencias ideológicas. Y todos, científicos y políticos de su administración, acatan sin chistar.
En su conferencia mañanera, el presidente que ha derrochado miles de millones de pesos en sus proyectos consentidos de obra pública volvió a mostrar su inexplicable tendencia a “ahorrar” cuando se trata de medicamentos y vacunas para los niños.
Dijo que no van a comprar vacunas para niños y adolescentes “solo por comprar”, porque no hay que ser consumistas y las farmacéuticas quieren hacer negocio y vendernos vacunas para siempre.
Usó el ejemplo de su hijo, a quien le dio Covid y no contagió a sus papás, como “prueba” de que no pasa nada grave con la tercera ola que golpea al mundo.
Y el “zar antipandemia”, López-Gatell, presto a complacerlo, volvió a dar la espalda a la ciencia y atribuyó a una “campaña” de las farmacéuticas la preocupación por la variante Delta de Covid y la intención de vacunar a los más jóvenes.
Se repite la historia del inicio de la pandemia. El gobierno de México minimiza el problema, acude a prejuicios y consejas populares, y los contagios crecen y crecen.
Y no hay una sola voz en el gobierno que se atreva a contradecir al presidente. Irresponsabilidad sin límites.
SACIAMORBOS
1.- López Obrador es el más rico apapacho para las dictaduras latinoamericanas. Dice que no se mete en política exterior… salvo que sea para defender a Chávez, Maduro, Fidel, el régimen cubano, Ortega, y todo lo que suene a eso. Quiere desaparecer la OEA y hacer un nuevo organismo, tipo la Unión Europea… ¿Incluirá el irrestricto compromiso de los países europeos con la democracia, la autonomía de instituciones, el aliento a la sociedad civil y el respeto a la libertad de expresión? Lo dudo.
2.- El presidente anuncia 50 mil millones de pesos extras para la Guardia Nacional este año. Son 6 millones de pesos por hora para su corporación militarizada. Además, dice que va a construir 500 cuarteles. Esos sí que van a servir, porque si de algo se quejan (fuera de micrófono) los gobernadores —tanto de oposición como del partido en el gobierno— es que la Guardia Nacional se la pasa patrullando y en sus cuarteles, pero jamás se enfrenta a los criminales. Y no porque les falte valor, sino porque les faltan instrucciones: la orden que tienen es de no meterse, porque “abrazos, no balazos”. A tres años en el poder, el presidente AMLO no quiere darse cuenta de que esa estrategia ha sido un fracaso: los niveles de violencia no han bajado y están en niveles récord. El presidente tampoco ha aprendido en este largo tiempo que es falsa su dicotomía de que el uso de la fuerza contra los delincuentes equivale automáticamente a violar derechos humanos.
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