El triunfo de Donald Trump ha tenido un fuerte impacto en Canadá.

El primer ministro Justin Trudeau (Ottawa, Ontario, 1971), del Partido Liberal, en el poder desde el 4 de noviembre de 2015, no atraviesa por un buen momento rumbo a las próximas elecciones parlamentarias, que deben celebrarse a más tardar el 20 de octubre de 2025.

Dos señales de alerta nos llegan a México desde Ottawa:

1. La primera es que el equipo de Trump ha hecho saber a interlocutores canadienses que en la sucesión del año próximo prefiere a Pierre Poilievre (Calgary, Alberta, 1979), líder del Partido Conservador con posiciones afines al trumpismo, quien aventaja a los liberales por 41.2% contra 23.9% en la intención de voto.

2. La segunda es que dos primeros ministros provinciales, Doug Ford, de Ontario, y Danielle Smith, de Alberta, así como la viceprimera ministra Chrysta Freeland comparten las crecientes preocupaciones de Estados Unidos en el sentido de que China tenga acceso al mercado de autos eléctricos de América del Norte usando a México como ‘puerta trasera’.

Ontario es la columna vertebral de la economía canadiense y Alberta la provincia de mayor riqueza energética; su contribución al PIB canadiense en 2023 fue de 38 por ciento y de 15 por ciento, respectivamente.

La presidenta Claudia Sheinbaum informó el 19 de noviembre que el primer ministro Trudeau le aseguró que no apoya la exclusión de México del T-MEC. Poco nos duró el gusto: algunas horas después, el propio Trudeau hizo una clara definición: ‘Tenemos ahora mismo un extraordinario acuerdo comercial entre nuestros tres países… pero tomando en cuenta algunas decisiones que México ha hecho, quizá tengamos que ver otras opciones’. O sea: México hace mal tercio, hasta aquí llegamos y vamos a negociar un acuerdo comercial bilateral con Estados Unidos, que excluya a México.

Recapitulemos cómo llegamos aquí:

a) El presidente López Obrador no visitó Canadá ni se encontró con Trudeau en suelo canadiense durante sus seis años de gobierno. No importó que Canadá sea nuestro tercer socio comercial. A su vez, Trudeau visitó al presidente AMLO dos veces.

b) El 5 de enero de 2023 envió como embajador de México en Canadá a Carlos Manuel Joaquín González, exgobernador de Quintana Roo por PAN-PRD. Nada en su biografía tiene que ver con la diplomacia. Su designación fue una bofetada para Canadá: no me importas, así que usaré el cargo de embajador en Ottawa para premiar a un gobernador de oposición que contribuyó a que Morena se hiciera del gobierno del estado de Quintana Roo.

¿Qué podía salir mal? Los canadienses son muy corteses, pero en mucho tiempo no se ha percibido mayor enojo entre diplomáticos, funcionarios, y empresas, por la desatención y la grosería del gobierno de México.

Curiosamente, en 2023 Canadá multiplicó 25 veces sus importaciones de vehículos eléctricos chinos. Así que no es México la puerta trasera: aquí no existe una sola ensambladora china, y tanto Estados Unidos como Canadá reciben flujos de inversión y de comercio mucho más cuantiosos que los registrados en México. El desafío chino podría procesarse de manera compartida, pero… no es sólo eso.

El tema de fondo es que tanto Washington como Ottawa ya se hartaron. Y que cuando se refieren a los mexicanos usan la expresión ‘no son como nosotros’. Pues eso.

Profesor asociado en el CIDE.

@Carlos_Tampico

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