En este extrañísimo año 2020 la vida cotidiana transcurre de manera virtual. Un porcentaje importante de la población lleva a cabo por videoconferencia el trabajo de oficina, los cursos escolares y universitarios, e incluso los contactos con familia y amigos.
Se está ensanchando la brecha económica y digital respecto a otra parte muy significativa de la población que no puede mudar sus actividades al ciberespacio porque carece de los recursos para ello.
Preocupa en particular la educación, desde la preescolar hasta la universitaria, porque es reducido el número de familias que cuentan con Internet simultáneo y robusto para cada miembro de la familia, espacios idóneos de estudio y trabajo, y la tranquilidad para hacer tareas escolares más allá del ajetreo habitual.
La conectividad es nula o limitada para grandes segmentos de la sociedad. Imposibilitados de acatar a plenitud el confinamiento, se ven obligados a buscar el sustento cotidiano sin poder escapar de la inmersión en los baños de masas que representan el transporte colectivo, los mercados públicos, las calles, la fábrica.
El acceso a tecnología avanzada no garantiza una mejor comunicación. La vida política, paradójicamente, también parece dirimirse a través de videos presuntamente incriminatorios entre el gobierno y sus adversarios de ayer y hoy, en vez de transitar por canales institucionales.
Hay, sin embargo, una parte de nuestra vida que ha sido tomada como rehén.
Los mexicanos somos tocones, nos gusta expresar nuestros afectos con abrazo doble, besos, mucho contacto corporal. Lo mismo ocurre entre otros latinoamericanos, los árabes, los europeos mediterráneos. Escribe @JuanJoseMillas: “Cuando yo era joven, los besos en la boca estaban prohibidos por la religión, y ahora que soy mayor, los tengo prohibidos por la ciencia” https://bit.ly/34H5PLY
Acato las indicaciones de sana distancia y uso de cubrebocas que nos dan médicos y autoridades sanitarias. En esta mudanza colectiva a la pantalla de la computadora, menudean las reflexiones sobre la vida antes y después de la pandemia del coronavirus. ¿Cómo atisbar el futuro cuando no sabemos qué pasará mañana? ¿Qué tipo de ‘nueva normalidad’ nos aguarda?
‘A la gente no le importa cuánto sabes sino hasta que saben cuánto te importan’ reza la frase de John Maxwell.
El @CIDE_MX ha lanzado una serie de #ConversacionesCIDE junto con jóvenes científicos, científicos sociales e intelectuales de México y América Latina con miradas agudas y frescas sobre la región y el mundo.
Entre los temas abordados están: Desigualdad y pobreza en tiempos de Covid19; ¿Cómo se sostiene y legitima la desigualdad?; La doble crisis de la economía y la salud, con @esquivelgerardo, #FernandaMarquezPadilla y #FaustoHernández; Black Lives Matter y las elecciones en Estados Unidos; La literatura en tiempos de Covid; Desigualdades: las políticas de equidad de género y las mujeres en México, entre muchos otros tópicos.
Las conversaciones son cada lunes a las 20:00 horas, del 17 agosto al 30 noviembre y se pueden ver aquí: https://bit.ly/2QykjFn El registro para la sesión del 31 de agosto ‘Pandemia y relaciones América Latina-Estados Unidos’ con Luis Maira, Antonio Ortiz Mena López-Negrete, Dan Restrepo y Elena Sánchez-Montijano aquí: https://bit.ly/32sm64u
Profesor asociado en el CIDE. @Carlos_Tampico