Un fantasma recorre la educación de muchas niñas mexicanas —durante años les han dicho que el estudio de las matemáticas es para los hombres. Ellos pueden dedicarse a la ciencia, a la tecnología, la ingeniería y las matemáticas, designadas por el acrónimo STEM por sus iniciales en inglés. Ellas deben escoger algún campo del conocimiento donde no lleven matemáticas, porque resultan demasiado complicadas para ellas.

En el verano de 2019 surgió entre alumnos de licenciatura del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) la idea de apoyar a niñas y niños en su aprendizaje de las matemáticas en las escuelas primarias públicas en la alcaldía Cuajimalpa. Así nació el programa de Inclusión Matemática, impartido en nuestras instalaciones.

El curso tiene como objetivo hacerles ver a los niños que las matemáticas no son aburridas y no deben tenerles miedo. No está orientado a un aprendizaje mecánico, sino a desarrollar un pensamiento matemático y la habilidad de resolver problemas matemáticos de una manera creativa y lógica. Es un aprendizaje que resulta de vital importancia en sus carreras profesionales; es una educación para la vida.

Los resultados de este primer curso fueron de alto impacto y llevaron a las niñas y niños a competir en Talent Land, en Guadalajara. Así se inició una segunda etapa de Inclusión Matemática, donde integraron a niños y niñas de la generación anterior que demostraron tener un alto potencial. Otro objetivo que se ha alcanzado es participar en olimpiadas a nivel nacional e internacional, incluyendo una en Singapur, en la cual las niñas y niños de escuelas públicas de Cuajimalpa compitieron exitosamente contra estudiantes de Beijing, Shanghai, Hong Kong, Singapur y otras ciudades del este de Asia.

Las niñas y los niños de Cuajimalpa lograron excelentes resultados. En tres competencias internacionales han ganado medallas —cabe señalar que son las niñas quienes han destacado más, venciendo los prejuicios en torno a sus capacidades y su liderazgo.

Hoy el programa ha logrado la transición de inclusión matemática a inclusión educativa al incorporar el estudio del idioma inglés, y se ha extendido a 16 estados de la República, contando con 330 estudiantes alrededor del país, me comentan sus fundadores Adolfo López Arenas, y Tonatiuh Cruz Herrera.

Mario Vargas Llosa inició su discurso de aceptación del Premio Nobel de Literatura 2010 con estas palabras: “Aprendí a leer a los cinco años, en la clase del hermano Justiniano, en el Colegio de la Salle, en Cochabamba (Bolivia). Es la cosa más importante que me ha pasado en la vida”.

Hoy la definición de alfabetismo ha cambiado, desde la simple habilidad de leer y escribir, hasta la capacidad de leer y escribir en línea, usando la internet y las herramientas cibernéticas para encontrar, evaluar, sintetizar, procesar y comunicar información.

Las matemáticas y el inglés son lenguajes para conocer el mundo. Los alumnos del CIDE han acompañado a sus pequeñas estudiantes a dar un paso gigantesco en el mundo del conocimiento. Nuestros alumnos nos dicen que obtienen una gran satisfacción personal, pues el programa Inclusión Educativa les permite dar un poco de lo que ellos han recibido en su propia formación. Como profesor del CIDE, estoy orgulloso de nuestros estudiantes, que nos dan una razón para la esperanza.

Profesor asociado en el CIDE. @Carlos_Tampico

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