Estimados senadores de Morena: nuestro presidente López Obrador tiene toda la razón cuando dice que en los otros gobiernos, todo se hacía en lo “oscurito”. ¡Qué bárbaro! ¡Cuánta razón tiene! Todas las movidas y corrupciones que se realizaron durante los últimos sexenios en lo oscurito fueron tremendas. Es por esta razón la cual les dedico mi carta semanal.
Una carta semanal que me llena de orgullo escribir por lo transparente que son con sus actividades dentro de la Cámara. En primer lugar, felicitarlos por su enorme transparencia y humildad al admitir que son mayoría relativa. Son tan transparentes, que muchos senadores de su bancada admiten abiertamente que no tienen ningún título universitario. También admiten, con esa transparencia que los ilumina, que NUNCA habían ganado un sueldo de 100 mil pesos al mes. Admiten que es un sueldazo comparado al que ganaban antes de entrar a trabajar en la Cámara. Estos mismos senadores, admiten y demuestran con esa enorme transparencia, que tienen un PODER que nunca se hubieran imaginado.
Todos ustedes admiten con una generosa transparencia que le deben todo a nuestro presidente y que por ende, lo que él les ordene, ustedes obedecerán sin ningún cuestionamiento. Y es en este tema a donde justamente quiero llegar. A la elección de la señora Piedra. La nueva presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.
Si les parece bien, iniciemos con los antecedentes: la orden presidencial a su presidente Ricardo Monreal. El presidente con toda la transparencia del mundo le ORDENÓ a Monreal que postule a la señora Piedra. Porque él como presidente de la República y de la mitad de los mexicanos, necesita tener una aliada que no cuestione sus decisiones. Y aunque muchos de ustedes, ya tenían a su candidato (a) obedecieron como siempre y la postularon.
Viene la primera votación y ¡pum! La señora Piedra no llega a la mayoría calificada. Llega la segunda votación, y otra vez ¡pum! La candidata tampoco llegó. ¿Qué haremos para esta tercera elección preguntó uno de ustedes a Monreal? Y con la serenidad que le caracteriza a su jefe, él les dijo lo siguiente: “hagamos trampa ¡pero eso sí, hagámosla con toda la transparencia del mundo!”. Y les advierto… ¡¡¡Nada en lo oscurito!!!
Otro de sus senadores colegas comentó: “¡Pero ya las hicimos EN LAS PRIMERAS dos!” “La señora Piedra ¡NO REÚNE NINGUNO DE LOS REQUISITOS!” ¿Y esa trampa fue transparente? Todos los senadores le contestaron en coro “¡POR SUPUESTO QUE SI!”. !Ah, bueno!, contestó Ricardo. “Si toda esta trampa es transparente, entonces no hay bronca”. “¡En esta tercera elección, agreguemos los dos votos faltantes en las urnas y asunto resuelto!”.
Y con esa SUPER TRAMPA TRANSPARENTE, la señora Piedra ganó. Antes de ayer, la señora Piedra, tomó posesión. Nadie le aplaudió. Cinco consejeros le renunciaron. El gobernador de Querétaro anunció que no reconocerán a la titular de la CNDH. Y la Asociación de Alcaldes tampoco.
Pero eso sí. El senador Monreal, con toda la transparencia del mundo, regañó y amenazó a estos rebeldes. Les dijo textualmente: “¡Con toda la transparencia del mundo, ustedes no pueden mandar al diablo a las instituciones y violar la ley!”. Y entre murmullo y murmullo, él se dijo en secreto: (¡Pero nosotros SÍ jajajaja!).
Pero eso sí. El senador Monreal se quedó callado hace varios años cuando alguien de su partido hizo el mismo comentario.
Y como final de esta Carta Semanal: si ustedes me preguntan qué opino de estos senadores, mi respuesta es muy fácil. NO SON UNAS RATAS. ¡SON UNOS CANGUROS!
P.D. Señora Sheinbaum: ¿me puede explicar de qué se rió cuando el caballista militar se cayó del caballo en el desfile de ayer? Y si no me cree, cheque los videos. Ya están circulando en las redes.
Por último: Semana 27 del asesinato a mi colaboradora Ely Gutiérrez. 27 semanas sin saber nada. ¡Vaya ineficiencia!
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