A partir de que el Legislativo aprobara el voto de los y las mexicanas residentes en el extranjero en 2005, nuestro país tanto a nivel federal como local ha recibido la votación de las personas connacionales para múltiples cargos. El primer ejercicio fue en la elección presidencial de 2006 donde las y los mexicanos residentes en cualquier parte del mundo que así lo dispusieran y contaran con su credencial para votar, pudieron ejercer este derecho emitiendo su voto por la presidencia de la República.
Este ejercicio se repitió a nivel federal en 2012 y para 2018, la normatividad electoral aprobada en 2014 abrió la posibilidad también de votar a nivel federal por las senadurías de la República y a nivel local por el cargo del ejecutivo local, si así lo disponía la legislación electoral respectiva.
Para la elección que tuvo verificativo el pasado 6 de junio, en 11 entidades federativas, de acuerdo con su normatividad electoral, sus connacionales pudieron votar desde el exterior. Baja California Sur, Colima, Chihuahua, Guerrero, Michoacán, Nayarit, Querétaro, San Luis Potosí y Zacatecas recibieron la votación desde el exterior de sus ciudadanos y ciudadanas para participar en la elección de la renovación del ejecutivo local. En tanto el estado de Jalisco hizo lo propio para una diputación de representación proporcional y la Ciudad de México para una diputación migrante.
Cabe resaltar que, para estas elecciones, además del tradicional método de voto vía postal, el INE dispuso por primera vez de un sistema informático para que la población residente en el exterior pudiera votar, si así lo deseaba, vía internet. La Ciudad de México en 2012 para la elección de la Jefatura de Gobierno ya había utilizado exitosamente un sistema de voto por internet.
Para 2022 se registran elecciones en 6 entidades federativas de las cuales los estados de Aguascalientes, Durango, Oaxaca y Tamaulipas podrán recibir la votación de las y los mexicanos residentes en el exterior para la renovación del cargo a la gubernatura.
Las y los ciudadanos que deseen participar en estas elecciones deben ser originarios de alguno de los estados referidos, contar con su credencial de elector vigente y manifestar su intención de participar registrándose en el Sistema de Registro para Votar desde el Extranjero a más tardar el 10 de marzo de 2022. En este sistema podrán seleccionar la modalidad por la que quisieran votar, es decir, vía electrónica, para lo cual se enviarán las claves de acceso al Sistema de Voto Electrónico por Internet, o bien, vía postal que incluye el envío de la boleta física y el sobre para su reenvío al INE de forma gratuita.
En caso de que alguna o algún ciudadano no cuente con su credencial o la misma ya haya perdido vigencia puede tramitarla en el consulado o embajada más cercana a su domicilio del lugar donde reside. Todos los detalles del trámite de la credencial para votar desde el extranjero pueden ser consultados en el siguiente link que invito a visitar: https://votoextranjero.mx/web/vmre/solicitud-de-credencial
El derecho al voto de las y los mexicanos residentes en el extranjero ha sido un logro de muchas voces que desde la sociedad civil han exigido el cumplimiento de la norma constitucional, gracias a ello, a los acuerdos y sentencias que tanto las autoridades electorales administrativas como jurisdiccionales han emitido, este derecho cada día se extiende a más entidades y a diversos cargos.
Apenas el pasado 14 de octubre la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (sentencia SUP-JDC-1076/2021 y acumulados), consideró pertinente que el INE lleve a cabo un estudio donde explore las herramientas que podrían implementarse para garantizar el derecho al voto de las y los migrantes mexicanos para votar desde las sedes diplomáticas mexicanas.
Es así, como el INE actará dicha determinación y propondrá las acciones que estime pertinentes en favor de potenciar el ejercicio de los derechos político electorales de las y los mexicanos residentes en el exterior, contribuyendo con ello a fortalecer nuestro sistema democrático que se nutre día a día con la participación de la ciudadanía.