Hace un año que tras una serie de escándalos de corrupción y evasión fiscal el rey emérito de España, Juan Carlos I, huyó rumbo a los Emiratos Árabes Unidos en donde acogido por el príncipe heredero, Mohammed bin Zayed, vive protegido del asedio mediático.
Con todo lo lamentable del caso, esta no es la primera vez que un miembro de la corona española huye de Madrid. Por distintas razones, seis han sido los borbones que han conocido el exilio, incluyendo al abuelo y al padre de Juan Carlos I. De manera que el destierro en la dinastía borbónica es ya prácticamente una tradición, de la cual la huida de Juan Carlos I es solo la última edición.
El estado español ha recuperado parte del dinero de los fraudes de los cuales es acusado el rey emérito. Los primeros 678,000 euros cobrados por la autoridad fiscal española correspondieron al uso de tarjetas bancarias ocultas facilitadas a Juan Carlos I por el empresario mexicano Allen Sangines-Krause, con las que se pagaron hoteles, viajes y restaurantes. Y en febrero, las autoridades fiscales recaudaron 4.4 millones de euros como sanción por el uso de 8 millones de euros no declarados para el pago de vuelos privados de Juan Carlos I, a través de la fundación Zagatka de su primo Álvaro de Orleans.
Pero a pesar de estos pagos, Juan Carlos I está lejos de poder regresar al Palacio de la Zarzuela pues aún está pendiente el cierre de dos regularizaciones fiscales además de que continúan las investigaciones por presuntas comisiones recibidas por el exmonarca en la adjudicación de un contrato para un tren a la Meca, obra otorgada por el gobierno de Arabia Saudita a un consorcio español. Y encima los escándalos no paran pues el mes pasado la prensa española dio a conocer que buena parte de la fortuna personal del emérito se habría hecho a través de presuntas comisiones recibidas en millonarios contratos de venta de armas a países árabes.
Tras esta sucesión de escándalos la mayor parte de los españoles tienen clara la culpabilidad del exmonarca. Pero, ¿qué tanto ha afectado esto la popularidad de la corona española? El Centro de Investigaciones Sociológicas de España (CIS), equivalente al INEGI en México, dejó de medir la popularidad de la monarquía española desde 2015, después de que una evaluación del rey Felipe VI le diera una muy baja puntuación de 4.34 en una escala de 1 a 10. Sin embargo, los medios de comunicación españoles han lanzado sus propias encuestas, de acuerdo a las cuales el 41% dice preferir una república por encima de la monarquía, porcentaje aún mayor entre la población joven. Además, cerca del 50% de los encuestados se manifiestan a favor de un referéndum sobre el sistema de gobierno español.
El 22 de julio de 1969 se celebró un pleno en las Cortes de España en el cual el dictador Francisco Franco optó porque su sucesor fuera Juan Carlos de Borbón y Borbón. Seis años después, a la muerte de Franco, Juan Carlos sería proclamado Rey de España, convirtiendo al país Ibérico en el único país del mundo en el cual la monarquía fue reinstaurada en el siglo XX.
A diferencia de los italianos, que votaron al final de la Segunda Guerra Mundial sobre mantener o no la monarquía, los españoles nunca han tenido esta oportunidad. Mientras tanto y sin visos de que, dada la falta de consenso político, pudiera haber un referéndum sobre el futuro de la Corona española, a pesar de los escándalos los Borbones seguirán ocupando el Palacio de la Zarzuela al menos hasta que un cambio generacional traiga consigo otras perspectivas para el país conquistador de las Américas.