El presidente López Obrador anunció de forma sorpresiva la “devolución” de los tiempos oficiales a los concesionarios de radio y televisión. Dijo que su gobierno puede prescindir de los spots, pues mantiene una comunicación permanente con la población mediante las ruedas de prensa que celebra el propio mandatario todas las mañanas.

Al parecer, la estrategia de comunicación del gobierno federal va a descansar en lo que los publicistas llaman earned media o contenido gratuito en medios privados, además de los contenidos difundidos en los propios medios del Estado.

Según dijo el Jefe del Ejecutivo, la medida busca incrementar los ingresos de concesionarios de la radio y la televisión. En vez de “darles dinero”, como se hacía antes, el gobierno actual les devolverá los tiempos oficiales para que puedan comercializarlos. Así López Obrador cumple con el compromiso que hizo ante concesionarios y comunicadores durante la la Semana de la Industria de la Radio y Televisión, celebrada en el pasado mes de noviembre.

El anuncio desató diversas críticas, algunas de las cuales se deben a la falta de precisión del presidente en sus declaraciones. Los tiempos de radio y televisión que los concesionarios tienen la obligación de destinar a la propaganda gubernamental o la propaganda político-electoral se descomponen en varias varias bolsas, administradas por distintas instituciones, en diferentes momentos.

El INE, por ejemplo, administra la totalidad de los tiempos de Estado una vez que inician las precampañas y hasta el día de la jornada electoral, un periodo que puede durar alrededor de seis meses cuando hay elecciones federales. La bolsa, que asciende a 48 minutos distribuida en franjas horarias entre las 6:00 y las 24:00 horas, está definida en el artículo 41 de la Constitución. Se destinan a los spots de los partidos políticos y las autoridades electorales. Son la base del modelo de comunicación política establecido con la reforma electoral de 2007.

Fuera del periodo electoral, existen dos bolsas: los tiempos gratuitos del Estado y los tiempos fiscales. Los primeros están definidos en la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión (LFTR), y ascienden a 30 minutos tanto en radio como en TV. Los segundos, regulados en un decreto de la Secretaría de Hacienda, corresponden a un pago de impuestos en especie que ascienden a 18 minutos en TV y 35 en radio. La Secretaría de Gobernación administra el 88% estas dos bolsas y el INE el 12% restante.

Según la aclaración del portavoz de la Presidencia de la República, la devolución anunciada consiste en el 40% de los tiempos fiscales, la parte de esta bolsa que corresponde a los anuncios del Poder Ejecutivo. Estamos hablando de 7 minutos en TV y 14 en radio. El presidente de la República, en principio, tiene autoridad para modificarlos mediante un decreto administrativo.

¿Qué pasará con este tiempo? Es aquí donde las palabras del presidente causaron mayor confusión. Los concesionarios no podrán utilizarlos para aumentar sus ingresos. La LFTR establece límites a los tiempos que los concesionarios pueden vender entre anunciantes como un porcentaje del tiempo de transmisión. Devolverles la parte de los tiempos fiscales que corresponde al Poder Ejecutivo, no les permitirá comercializar más.

Se llenarán con contenido programático. Por ello, los radioescuchas y televidentes serán los principales beneficiados. Verán menos anuncios. Sus programas favoritos sufrirán menos interrupciones. El beneficio para los concesionario será indirecto, en la medida en que un mayor tiempo de programación les permita retener aquella audiencia que el exceso de anuncios gubernamentales ahuyenta.

Respecto al gobierno federal, tampoco renuncia por completo a los contenidos pagados. Además de las conferencias mañaneras, seguirá teniendo los 30 minutos que corresponden a lo tiempo gratuitos de Estado.

Doctor en Ciencia Política por la Universidad de Oxford

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