En España ha causado revuelo la decisión de César Montes sobre no entrenar al parejo de sus compañeros en el Espanyol, porque no quiere estar más en el club, pero hay un argumento para la actitud del central mexicano.
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En diciembre, cuando llegó al club catalán, el Cachorro y sus representantes acordaron con la directiva de los Periquitos que se le dejaría ir si el equipo descendía a Segunda División. Eso sucedió, pero la nueva cúpula de la institución está aferrada a que el chico juegue y ayude a ascender, pero él se siente traicionado.
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