El Talleres de Córdoba, equipo argentino presidido por el viejo conocido del futbol mexicano Andrés Fassi, quien también es asesor del FC Juárez, estaba muy entusiasmado por vender al futbol mexicano a una de sus joyas, Rodrigo Villagra, volante de contención con cierta fama en su país.
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Pero cuando los que manejan los destinos futbolísticos del jugador se dieron cuenta de que ese equipo mexicano era Rayados de Monterrey, les brillaron los ojitos y comenzaron a dar largas, con el único objetivo de ver la forma de elevar el costo del futbolista.
El Monterrey como que ya se olía el “teatrito” y decidió darles las gracias e ir por Jorge Corcho Rodríguez, de Estudiantes. Así que Talleres se quedó como el perro de las dos tortas por pura avaricia.