A diferencia de casi todos los pilotos que participaron en el Gran Premio de México, quienes durmieron la noche del domingo en la CDMX y ayer volaron hacia Brasil, donde este fin de semana se efectuará la próxima carrera de la Fórmula Uno, el neerlandés Max Verstappen abandonó el país unas cuantas horas después de imponerse sobre la pista del Autódromo Hermanos Rodríguez.
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El tricampeón del mundo no se sintió del todo cómodo en México. Incluso, contrató guardaespaldas para que lo cuidaran y, en cuanto pudo, se fue del AIFA en su jet privado.
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