Nos dicen que la expropiación de las instalaciones de Ferrosur en Veracruz, propiedad de Grupo México, puede ser moneda de cambio para dar, ahora sí, la luz verde del presidente Andrés Manuel López Obrador a la compra de Banamex por parte de Germán Larrea. La larga historia de choques entre el Presidente y el magnate no iba a terminar en un jardín de rosas y permitirle la adquisición de un negociazo como Banamex, sin que el Presidente conectara un buen golpe al dueño del tercer grupo empresarial más poderoso del país. Nos dicen que las dos visitas del "rey del cobre" a Palacio Nacional no convencieron al mandatario. Lo que nos comentan es que, más allá del pleito entre ellos, la señal que manda la expropiación a los inversionistas no es nada buena. Y en la arena política, se reavivan los temores por lo que pueda hacer el Presidente en los últimos meses de su gestión.
La incipiente rebeldía de Ebrard
Nos hacen ver que quien aún no acata la línea del líder nacional de Morena, Mario Delgado, es el canciller Marcelo Ebrard, ya que aún no define si irá a Coahuila el último fin de semana del mes para apoyar al candidato a gobernador, Armando Guadiana. Esta semana es el turno de la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, y los que ya fueron son el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, y el senador Ricardo Monreal. Nos cuentan que en la cúpula del partido guinda ya ven indicios de rebeldía de don Marcelo, porque no le hacen caso a sus demandas de reglas claras y piso parejo para definir la candidatura presidencial y la expresa, por ahora, haciéndose remolón con la campaña coahuilense. La cosa es que las decisiones que pide Ebrard, lo saben todos, no las toma don Mario, sino ya saben quién.
Hágase la transparencia en las mulas de mi compadre
Tras su segundo decretazo que busca opacidad para las obras del Tren Maya, el presidente López Obrador sufrió un súbito ataque protransparencia. Claro, “en las mulas de mi compadre”. El mandatario ofreció su conferencia mañanera a una revista para que difunda reportajes sobre bienes y propiedades de ministros que estén “más allá de lo normal, extravagantes”, porque los ciudadanos tienen derecho a conocer el patrimonio de los servidores públicos. Lo que se le olvidó, nos hacen ver, es que desde 2018 ordenó a su gabinete abrir al público sus declaraciones patrimoniales, aunque la ley sólo los obligue a presentarlas a la Función Pública, sin que hasta ahora se haya cumplido. El Presidente quiere que se conozcan los bienes de ministros, integrantes de organismos autónomos, políticos opositores y hasta periodistas de medios privados. ¿Será que más que voluntad de transparencia se trata de golpear a quien disienta? No es lo mismo que lo mesmo.
¿Teatro puro o puro teatro?
Y si alguien pensaba que la mañanera de Palacio Nacional es puro teatro, no andaba tan errado. Nos cuentan que desde ayer se promociona la “mejor obra político, cómico, musical, satírica”, en la que participarán actores como Benito Castro y estrellas de la mañanera como Carlos Pozos, mejor conocido como Lord Molécula, a quien el cartel de la obra presenta como “periodista”. Las funciones comienzan el 7 de junio, con boletos en zona VIP a mil 200 pesos, mil en preferente y 800 en luneta general. Puro teatro, pues.