Nos cuentan que la consejera electoral Claudia Zavala, presidenta de la Comisión de Quejas del INE, fue víctima nuevamente del mayoriteo filomorenista, por lo que su proyecto de considerar como mítines las reuniones de los aspirantes a la candidatura presidencial de Morena fue sofocado por el voto de sus colegas Rita Bell y Jorge Montaño, quienes vendieron la idea de que estaban poniendo candados al proselitismo de las corcholatas cuando en realidad volvieron a dar luz verde. En el fraseo de lo aprobado está el pequeño truco: no ordenaron que las llamadas “asambleas informativas” sean a puertas cerradas, sólo establecieron que “preferentemente” se hagan en lugares cerrados. Es decir, nos hacen ver, nada cambió y los seis aspirantes podrán seguir haciendo campaña por todo el país, usando eufemismos para medio esconder la naturaleza de sus recorridos. Vaya candado: preferentemente no violen la ley.
Militares perciben mejor trato a criminales que a soldados
Nos cuentan que el último militar detenido por el caso Ayotzinapa estaba en las filas de la delincuencia organizada, a la que se unió una vez que se dio de baja del Ejército en 2015, justo un año después de la desaparición de los 43 normalistas en el municipio de Iguala, Guerrero. En la Fiscalía General de la República, se cuenta que el exsoldado raso Francisco Narváez Pérez pertenecía al grupo criminal de Guerrero Unidos, en el municipio de Iguala. Por eso, nos comentan, algunos mandos militares preguntan de manera irónica si el exmilitar podría tener la misma suerte que Felipe Rodríguez Salgado, El Cepillo, quien de ser señalado como uno de los perpetradores de la desaparición de los estudiantes, como sicario de Guerreros Unidos, pasó a testigo protegido de la Fiscalía General de Alejandro Gertz Manero. O que Gildardo López Astudillo, El Gil, también testigo protegido pese a ser uno de los que ordenó directamente la muerte de normalistas.
¿Corcholatas preocupadas por la embestida contra Xóchitl?
Nos cuentan que apenas unas horas después de que el presidente Andrés Manuel López Obrador reveló información confidencial de las empresas de la senadora Xóchitl Gálvez, comenzaron a salir despachos de agencias internacionales como Reuters y Associated Press con el énfasis en que el presidente de México intenta descarrilar desde el más alto cargo del Estado mexicano a la más visible aspirante presidencial opositora. Nos cuentan que si bien pocos se atreven a decirle al mandatario que su imagen en el mundo podría terminar siendo similar a la de otros líderes que llegaron democráticamente al poder y luego usaron el gobierno para aplastar a sus opositores, en los cuarteles de al menos dos corcholatas hay preocupación porque hacer campaña con esa etiqueta es una carga que preferirían no llevar. ¿Intentarán hacerlo cambiar de ruta?
Fox hace un Fox
Por cierto que el expresidente Vicente Fox, a quien el lopezobradorismo le puso la etiqueta de “traidor a la democracia”, precisamente porque tras sacar al PRI de Los Pinos en una elección democrática, cuando llegó su sucesión quiso eliminar de la competencia al entonces jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, por medio del famoso desafuero, salió a redes sociales, no crea que para condenar los ataques a Xóchitl Gálvez desde la tribuna presidencial sino a lamentar no haber seguido hasta el final su intención: ¡No sé por qué no culminé la tarea con una gran estocada!, tuiteó don Vicente.