La Sección 22 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) tiene dos preocupaciones peculiares en los destinos turísticos de Puerto Escondido y Huatulco, en Oaxaca. Para los que no recuerdan aquellos tiempos en que no había límite a las canonjías para esa combativa organización de ideología cuasi maoísta pero de gustos bastante neoliberales, es pertinente retroceder el reloj a las épocas en que el papá del actual mandatario estatal de Oaxaca gobernaba en esa entidad. Resulta que José Murat, padre de Alejandro Murat, durante su mandato (1998-2004) decidió regalarle a la disidencia magisterial un hotel en Puerto Escondido para que sus agremiados gozaran las mieles de las buenas relaciones entre sindicatos y gobierno. El de Huatulco lo compraron los maestros, no sin contar antes con facilidades políticas. Pero cuando al paso de los años el viento cambió y llegaron las reformas peñanietistas y la disminución del casi ilimitado poder de la coordinadora, los dos inmuebles quedaron abandonados. Ahora, desde las asambleas centistas se exige al gobernador en turno, el joven Murat, la remodelación de ambos edificios que han sido objeto de vandalismo. Perlas de cómo se resolvía el amor entre el PRI gobernante y algunos sectores de izquierda contestataria. ¿Lograrán rescatar sus “resorts sindicales”?
Se disputan PT y Morena recursos educativos
En donde nos cuentan que hay una agria disputa por dinero es en el Senado, específicamente en la bancada del Partido del Trabajo, que tiene en la mira recursos destinados a los Centros de Desarrollo Infantil (Cendis) y se los exige con insistencia a la Secretaría de Educación Pública. La historia no es tan simple y tiene aristas electorales, de malos manejos e incluso de sanciones por parte del tribunal electoral federal, porque de 2015 a 2017, funcionarios de estos centros hicieron transferencias por 60 millones de pesos a líderes petistas de forma ilegal. Nos cuentan que la actual secretaria de Educación, Delfina Gómez, no suelta el dinero para los Cendis todavía controlados por el PT. Pero nos recuerdan que más o menos por las mismas fechas en que se detectaron los malos manejos del grupo cercano al líder casi vitalicio petista Alberto Anaya y a su esposa, la maestra Lupita, otra docente, doña Delfina, también era acusada de cobrar diezmo a trabajadores del ayuntamiento de Texcoco, cuyo dinero fue a parar a campañas de Morena. Una pugna entre verdaderos conocedores, pues. Y de pronóstico reservado.
La seguridad, en manos tabasqueñas
Nos cuentan que al secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, se le juntaron las obligaciones de trabajo. Además de ser encargado de la política interna y la gobernabilidad del país, nos dicen, en estos días ha tenido que echarle un ojo a los temas de seguridad pura y dura. Esto, porque los titulares de la Defensa, general Luis Crescencio Sandoval González, y de Marina, almirante José Rafael Ojeda Durán, están fuera del país como parte de la comitiva del presidente Andrés Manuel López Obrador, que anoche llegó a Cuba. Pero a eso súmele que la secretaria de Seguridad, Rosa Icela Rodríguez, viajó ayer a Costa Rica, para asistir en representación del Presidente de México a la ceremonia de traspaso de mando en la que el economista Rodrigo Chaves asumirá este domingo como nuevo presidente de esa nación centroamericana.