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Más de 48 horas lleva en operación avestruz el exdirector del Infonavit, David Penchyna, quien autorizó una compensación de casi cinco mil millones de pesos a la empresa Telra Realty por la cancelación de un contrato de prestación de servicios. Del total del monto, nos recuerdan, salieron dos mil millones de pesos que ya recuperó la Fiscalía General de la República y que fueron entregados en un cheque al gobierno federal. Ahora nos adelantan que don David está bajo la lupa de la Unidad de Inteligencia Financiera, a cargo de Santiago Nieto, por haber hecho, a finales de la administración de Peña Nieto, fuertes movimientos millonarios en dólares. El punto, nos explican, es que Penchyna era una persona políticamente expuesta, por los cargos públicos que ha ocupado en su carrera, y sus transacciones internacionales prendieron las alertas en la Secretaría de Hacienda. Si todo sigue adelante, nos dicen, no dude usted que el caso Infonavit va directo a tribunales por la vía penal. ¿Sacará la cabeza el hidalguense?
Los tamales de 20 millones
Con agobio llegaron anoche algunos de los empresarios a la cena en Palacio Nacional para el “pase de charola” al que fueron convocados con el fin de que compren billetes de lotería para la rifa de los 2 mil millones de pesos, equivalentes a valor del avión presidencial. Como recordará se tendrán que vender 6 millones de “cachitos” al precio de 500 pesos cada uno y el presidente Andrés Manuel López Obrador advirtió que pediría a sus invitados hacerse responsables de 40 mil números, es decir 20 millones de pesos. En pocas palabras, cada uno de los 100 machuchones invitados deberá ser responsable de entregar, al menos, algo así como un millón de dólares. El agobio derivaba de que varias de las empresas cotizan en bolsa y una erogación de ese tipo sería imposible de costear, por lo que la alternativa es que el compromiso de compra de los dueños fuera a título personal. Así que los de anoche podrían ser los tamales de chipilín y el chocolate que más caros les hayan costado a los empresarios.
La cubetada de Luisa María Alcalde
Vaya balde de agua helada que lanzó ayer la secretaria del Trabajo, Luisa María Alcalde, a los impacientes, al anunciar que se abrirá otro foro de discusión, ahora en la Cámara de Diputados, para no legislar al vapor en materia de subcontratación laboral. Doña Luisa María participó ayer en el largo parlamento abierto del Senado sobre el tema de la subcontratación, mejor conocida como outsourcing. El que, nos dicen, quedó frío con la noticia fue el senador Napoleón Gómez Urrutia, a quien ya se le quemaban la habas para sacar su dictamen en la materia. Por su parte, en la reunión los miembros de la industria de la subcontratación aceptaron que se dé la regulación necesaria para frenar malas prácticas y abusos contra trabajadores dentro del actual marco legal. Y aunque nos hacen ver que en las fotografías Alcalde y Napito aparecen muy sonrientes, el legislador no estaba nada contento.
Zaldívar, día de consensos
Dos hechos para el registro: nunca en su historia la Suprema Corte de Justicia de la Nación había elaborado una reforma con el fin de transformar el funcionamiento del Poder Judicial, y ayer lo hizo. Y hace mucho tiempo que un personaje político no había logrado un consenso entre todas las fuerzas políticas del país, como fue el caso del presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el ministro Arturo Zaldívar. A solo unas horas de que el Ejecutivo hizo suya la iniciativa de reforma del Poder Judicial Federal, debido a que este poder no tiene la facultad de presentar iniciativas ante el Congreso, todas las fuerzas políticas saludaron el proyecto, que entre otras cosas, busca limpiar de corrupción, nepotismo y acoso sexual al poder encargado de impartir justicia.
En la foto: Santiago Nieto/ Archivo EL UNIVERSAL