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Tuvo que venir un manotazo en la mesa desde el Palacio Nacional para apaciguar las aguas en el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena). Nos cuentan que había posiciones irreconciliables entre los aspirantes a la dirigencia: Yeidckol Polevnsky, Bertha Luján, Mario Delgado y Alejandro Rojas Díaz Durán y vino la señal desde Palacio Nacional para que todo se dirima en una encuesta entre militantes y se dejen de pelear. Nos describen que en el gobierno federal acusan que otro de los factores que le pegó al Presidente de la República en su baja en la aprobación mensual, además de la inseguridad, fue el pleito interno en su partido. ¿Le harán caso? Porque ya antes lo han ignorado.
Quieren dinero y no se van sin él
“¡Nos podemos quedar un mes si quieren!”, profirió uno de los dirigentes campesinos al enterarse que los diputados federales aplazaron la aprobación del Presupuesto del 2020 para el próximo miércoles. Nos dicen que entre el viernes y el sábado, hubo relevo en muchas de las organizaciones campesinas que tienen tomada la Cámara de Diputados. Esto para no debilitar su movimiento; es decir, los cansados se fueron y llegaron algunos frescos para seguir con la toma de San Lázaro. O sea que si los diputados creen que van a desgastar a los campesinos por prolongar más la aprobación del Presupuesto, hay quien dice, “¡se equivocan!”.
Se quedaron sin Buen Fin
Este Buen Fin será memorable en la Cámara de Diputados, ya que a los empleados del régimen de honorarios, el patrón que hace las leyes no les pagó el sueldo quincenal. Así, los colaboradores de los 500 diputados que cobran por recibo de honorarios están pasando una maratón de ofertas y de compras sin su salario. Nos comentan que el trámite de pago no fue posible implementarlo, por el bloqueo campesino al Palacio Legislativo. Uno de los daños colaterales de la actualidad, sin disculpas siquiera de los presidentes de la mesa directiva, la panista Laura Rojas, ni de la Jucopo, el morenista Mario Delgado Carrillo...
Augurios de reelección
El senador Ricardo Monreal Ávila dio a su hija Eldaa Catalina Monreal Pérez el primer ejemplar de su libro titulado Péndulo Político, y otros ejemplares los regaló a periodistas en el Senado. Entregado al editor antes del exilio de Evo Morales, escribe en la página 179: "Los buenos resultados económicos no lo son todo (...) Hay un sector de la población que necesita vivir en democracia y las acciones con que se ha conducido el gobierno no necesariamente incentivan este sentimiento. Persiste en el ambiente un temor a la reelección interminable"...
