Errar es de humanos, y ayer el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, demostró que ya no piensa igual que lo hacía hace 5 años, cuando el 16 de junio de 2015, en el discurso que pronunció durante el lanzamiento de su candidatura para las primarias del Partido Republicano, dijo “México no es nuestro amigo. Nos está ahogando económicamente… cuando México nos manda gente, no nos mandan a los mejores. Nos mandan gente con un montón de problemas, que nos traen drogas, crimen, violadores…”. Ayer México se transformó para Trump en un “maravilloso pueblo”, en un valioso pueblo y los mexicanos-americanos hacen contribuciones extraordinarias en todos los ámbitos de la sociedad estadounidense. Ayer, nos hacen ver, todo fue amor, calidez, y sobre todo sinceridad, en el encuentro de los presidentes Trump y Andrés Manuel López Obrador, quienes no dudaron en darse el trato de amigos, en sus discursos. Ha pasado un lustro, y al parecer, el mandatario estadounidense se ha dado cuenta de que era un error pensar lo que pensaba de los mexicanos. Errar es de humanos, y de candidatos que van abajo en las encuestas y requieren del voto hispano.
El trabajo fino de la diplomacia
Si alguien se llevó las palmas en la reunión AMLO-Trump, nos dicen, es la diplomacia mexicana que se aseguró de poner rutas de salida en caso de que hubiera sobresaltos o exabruptos. Nos explican que el trabajo diplomático realizado por el canciller Marcelo Ebrard y el equipo de la Secretaría de Relaciones Exteriores empujaron para que la agenda se centrara en comercio y cooperación sanitaria, y negociaron aspectos como el que, contrario a la tradición en estas visitas, no hubiera preguntas a de los medios en la Oficina Oval y que el presidente López Obrador hablara después de Trump, por si hubiera sido necesario realizar alguna precisión. No es desconfianza, nos dicen, pero ya ve usted como es el anfitrión.
Encuentro de los amigos AMLO y Trump no es tema en el Congreso
Y en México, la mañana de ayer en la Comisión Permanente ocurrió una anomalía política sin parangón en la política vernácula. La mayoría de Morena no quiso que senadores y diputados debatieran sobre la reunión de trabajo del presidente Andrés Manuel López Obrador con Donald Trump. Con su mayoría aplastaron a PAN, PRI, MC y PRD y resolvieron que de Washington no se hablara, por lo que los “adversarios” encontraron el modo para expresar su sentir. Hasta la coordinadora de los senadores del PT, Geovanna Bañuelos de la Torre, discrepó de esa decisión, de la autollamada Cuarta Transformación.