Mientras el presidente Andrés Manuel López Obrador sigue jugando a ser el destapador de “corcholatas” y los distintos bandos internos de su movimiento van apuntando si crece o se reduce su lista de aspirantes a sucederlo, nos hacen notar que en las últimas dos semanas ha incluido al secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, y que esto coincide con que por primera vez desde el inicio del sexenio, el canciller aparece en el programa de un acto de campaña de Morena. Nos cuentan que hoy, domingo, acompaña al candidato a gobernador del partido guinda en Hidalgo, Julio Menchaca, en un mitin con simpatizantes en el municipio de Acatlán. Nos cuentan que la incorporación a la lista del secretario de Gobernación, Adán Augusto López, o la omisión del senador Ricardo Monreal, así como los tonos para referirse a la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, o a Ebrard, son parte esencial del juego porque al tabasqueño le gusta mandar señales contradictorias para que nadie se sienta seguro. Y que los que dan por hecho contar con su apoyo, antes de tiempo suelen llevarse sorpresas. Por lo pronto, sigue habiendo varias “corcholatas”.
Ya no gusta tanto perseguir “traidores”
Nos cuentan que de manera discreta pero creciente, un grupo de diputadas y diputados del bloque oficialista en el Congreso, conformado por Morena, el Partido del Trabajo y el Partido Verde, han venido expresando internamente su incomodidad por la campaña emprendida desde la dirigencia del partido guinda y desde Palacio Nacional para señalar como “traidores a la patria” a los legisladores que votaron en contra de la reforma eléctrica del presidente Andrés Manuel López Obrador. A pesar de la seguridad con las que el presidente de Morena, Mario Delgado, y la secretaria general, Citlalli Hernández, continúan con la organización de “tendederos” para denostar a los opositores, empiezan a surgir grietas en el apoyo a ese empeño. Nos dicen que hay quienes de plano están evaluando emprender el vuelo hacia las bancadas del PRI y del PAN. ¿Será que llegue a tanto?
Ruido antes de la discusión sobre la GN
Nos cuentan que aún no llega la iniciativa presidencial al Senado para formalizar la militarización de la Guardia Nacional, pero el ruido ya va en aumento en torno a las actuaciones de esa institución. El caso de la muerte de un joven estudiante de la Universidad de Guanajuato por parte de un efectivo de dicha corporación, que disparó sin motivo aparente contra un automóvil en que viajaban civiles desarmados, está en la mesa de la oposición como un asunto destacado. También las señales de que se busca dar de baja a los elementos de esa corporación que son de origen civil, son mencionadas en las discusiones informales entre legisladores. De por sí, nos hacen ver, la iniciativa de reforma constitucional no llega en el mejor momento de comunicación entre los opositores y la coalición oficialista, y estos asuntos abiertos no ayudan mucho que digamos a la búsqueda de terreno común.