Después de que el presidente Andrés Manuel López Obrador ya ni le dirigía la palabra, Carlos Salazar Lomelín, presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), reapareció en la firma de la propuesta para reformar el sistema de pensiones. Durante más de tres meses Salazar estuvo en el peor de los mundos: criticado al interior de su organización por no ser más “duro” frente a los ataques presidenciales y, al mismo tiempo, vetado de Palacio Nacional por siquiera sugerir que los empresarios podrían participar en la caída electoral de la 4T. La firma del acuerdo le da oxígeno dentro de su organización; sin embargo, su permanencia, nos dicen, no está garantizada. No pasó desapercibido entre los empresarios del país que lo único ganado hasta ahora, con el regreso de Salazar a la mesa, es el trato condescendiente del mandatario a los empresarios, solo una “estrellita” en la frente… siempre y cuando, se porten bien. ¿Algo en compensación para ellos, quizá una prórroga fiscal? Nada en el horizonte. Un garrote sin zanahoria.
Las víctimas del austericidio
Cuando a principios de junio la entonces titular de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas, Mara Gómez, denunció públicamente que le iban a recortar el 75 por ciento del presupuesto y que no iba a tener ni para pagar las computadoras, teléfono, servicios de agua y luz, desde el gobierno federal salieron a desmentirla. Le decían que exageraba. Renunció, pues no se quiso quedar a ver lo que venía. Nos dicen que hoy, quienes no le creyeron dentro del propio gobierno y la bloquearon política y económicamente, enfrentan los recortes en sus dependencias y al igual que ella no les alcanza el presupuesto. Es decir, ahora ellos son víctimas del austericidio. La pregunta es si se quedarán a ver cómo se deterioran las dependencias a su cargo, o tendrán la dignidad necesaria para renunciar.
Muerden a Mario Delgado
De que la 4T es brava, hasta a los suyos muerde. Nos hacen ver que el coordinador de los diputados de Morena, Mario Delgado, quedó ayer algo maltratado, pues pese a que la rebelión en la autollamada 4T cedió y al final se pudo negociar y votar las designaciones de los cuatro nuevos consejeros del Instituto Nacional Electoral, por la mañana los llamados radicales de la Cuarta Transformación tundieron en redes a don Mario. Nos dicen que las huestes de seguidores del diputado Gerardo Fernández Noroña no pudieron ser contenidas ni por él, y en las “benditas redes” mordieron a Delgado, al que acusaron de traidor “al movimiento” por ceder espacios al PAN, PRI y PRD, al que ahora llaman PRIAND.
No me recomiendes, compadre Ackerman
Vaya carta de recomendación con la que tres de los cuatro nuevos consejeros llegan al Instituto Nacional Electoral. Ayer, tras apagar una rebelión dentro de la autollamada Cuarta Transformación, finalmente se lograron los consensos y los diputados federales de todas las bancadas se pudieron poner de acuerdo para que Norma Irene de la Cruz Magaña, José Martín Fernando Faz Mora, Uuc-Kib Espadas Ancona y Carla Astrid Humphrey Jordán, sean quienes se integren al INE. Sin embargo, los tres primeros recibieron el reconocimiento del simpatizante morenista John Ackerman, mientras que la cuarta, Carla Humphrey, fue descalificada por él. “Que quede constancia que no entró un solo representante de Morena, sino tres ciudadanos independientes y una representante del PRIAN”, dijo Ackerman por medio de su cuenta de Twitter. Diputados morenistas nos hacen ver que la actitud de Ackerman no es de mucha ayuda para los tres consejeros, pues las palabras del académico cercano al gobierno y al partido en el gobierno pueden ser más nocivas que positivas para estos integrantes del INE. Una carta de recomendación poco recomendable.