La Sala Superior del Tribunal Electoral está blindada para seguir funcionando pese a que el pleno se quedó con cinco de las siete magistraturas que lo integran.
Nos hacen ver que en caso de no alcanzar el quórum de cuatro magistrados para sesionar, pueden llamar a la magistratura de mayor antigüedad de las Salas Regionales de todo el país para que ocupe ese lugar en la sesión y así no dejar de funcionar como le ocurrió al INAI ante la omisión del Senado de nombrar a sus comisionados.
En el caso de la calificación de la elección presidencial del 2024, donde necesariamente se requieren seis magistraturas para sesionar, se puede hacer lo mismo, es decir, convocar a magistrados de otras salas y entregar la constancia a la sucesora o sucesor de López Obrador.
Todo esto mientras en el Senado sigue la incertidumbre, pues no hay fecha para destrabar los dos nombramientos de la Sala Superior.
grg