Hoy se define a la persona que presidirá el Partido Acción Nacional, y con ello, el futuro del principal partido de la oposición.
La contienda entre Jorge Romero y Adriana Dávila, nos dicen, pondrá a prueba la unidad de su partido, y aunque muchos dentro del panismo consideran que Romero no tendrá problemas para ganar la presidencia, habrá que ver si el resultado es aceptado sin generar fracturas.
De ganar Romero, además del reto de mantener la unidad de los panistas, deberá encontrar la forma para poner en condiciones una oposición que quedó muy vapuleada después de las elecciones del 2024.
La nueva dirigencia panista, aseguran dentro del propio partido, está obligada a entregar resultados y deberá ser evaluada por el cumplimiento puntual de ellos.
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Romero ha dicho que, de ganar esta elección, no lo busquen en la oficina porque seguirá recorriendo todo el país para poner de pie al PAN y sumar al fortalecimiento de la hoy disminuida oposición.
Así, nos hacen ver que, si como todo apunta, Jorge Romero logra ganar la presidencia nacional del PAN, se habrá sacado el tigre de la rifa.