En la cascada de reformas aprobadas por el Congreso de la Unión en este inicio de legislatura, hay una que se quedó en la congeladora. Se trata, nos hacen ver, de la modificación al artículo 123 de la Carta Magna para elevar a rango constitucional el programa Jóvenes Construyendo el Futuro.
La reforma se aprobó por unanimidad en la Cámara de Diputados el pasado 26 de septiembre y fue enviada al Senado de la República, donde, contrario a lo ocurrido con el resto de las reformas, fue congelada por tiempo indefinido.
Nos comentan que los senadores se percataron de que dicha enmienda debe ser acompañada de un importante incremento de los recursos públicos que se dedican a ese programa, pues de lo contrario sería “letra muerta”.
La reforma, impulsada por el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador establece que el Estado debe otorgar un apoyo económico mensual equivalente a, al menos, un salario mínimo general vigente a jóvenes cuya edad fuera de entre 18 y 29 años, y que encontrarán en desocupación laboral y no estuvieran cursando alguno de los niveles educativos.
Alguien en el Senado, por casualidad sí leyó la reforma, y antes de que la aplanadora la avalara, fue enviada a la congeladora.