Ni un solo día deja de hacer su luchita en Puebla el presidente del Senado, el morenista Alejandro Armenta Mier.
Nos hacen ver que a don Alejandro solo le quedan tres meses al frente del Senado, y junto con el cargo y todos los beneficios económicos y de poder que este representa, el poblano perderá también los reflectores.
Nos dicen que consciente de lo que vendrá Armenta no para, y lo mismo presenta libros, que besa niños, da consejos de nutrición a mujeres, arremete contra ministros de la Suprema Corte de Justicia y da premios a karatecas, luchadores, mariachis, entre otros.
El problema, comentan algunos de sus colegas, es que estos actos son tan anticipados que será difícil que alguien los recuerde en 2024. Sin embargo, al parecer, en la guerra, el amor y la lucha por la gubernatura poblana, todo se vale.
grg