Nos dicen que, tal pareciera que al canciller y aspirante presidencial, Marcelo Ebrad, algunos funcionarios del gobierno de la Ciudad de México no lo pueden ni ver.
Lo anterior, nos dicen miembros de su equipo de trabajo, es porque apenas sus simpatizantes pintan una barda con su nombre e imagen y cuadrillas de trabajadores de la ciudad las borran de inmediato.
Este fin de semana, nos dicen, simpatizantes de Ebrard pintaron bardas en la lateral de periférico y Carlos Lazo, a la altura de Tacubaya, y más tardaron en acabarlas que los empleados capitalinos en borrarlas colocando pintura sobre ellas.
Lo mismo, reportan en su equipo, sucedió con pintas realizadas en la alcaldía Tláhuac.
Así, nos dicen, ahora a don Marcelo bien podrían llamarle el borrado, pues alguien no lo puede ni ver, al menos en la CDMX.
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