Nos cuentan que el “bastón de mando” que recibió Claudia Sheinbaum ya mostró que sí trae consigo poder de decisión… pero también la carga de resolver los conflictos que genera su uso.
La salida de Omar García Harfuch de la secretaría de Seguridad para contender por la candidatura de Morena a jefe de Gobierno de la Ciudad de México, nos hacen ver, apunta a una decisión personal de doña Claudia, por la cercanía entre ambos y porque no es ningún secreto que el presidente Andrés Manuel López Obrador no le tiene confianza a don Omar.
Nos comentan que si ya pudo la nueva portadora del bastón decidir, también le tocará calmar a los “duritos” de Morena en la ciudad que apoyan con todo a Clara Brugada para esa candidatura y que comparten con el presidente las reservas hacia la figura del ahora exjefe de la policía.
Nos recuerdan que esos grupos considerados “radicales” y con puestos clave en el gobierno y el Congreso local, así como en el Senado y en San Lázaro, fueron los que más se movilizaron en apoyo a Sheinbaum en busca de la grande y esperaban reciprocidad con respaldo a doña Clara.
Ya no podrá la exjefa de gobierno decirles que fue cosa del inquilino de Palacio y tendrá que aplicarse para evitar grietas internas en el morenismo de la capital.
No es lo mismo el bastón que los bastonazos.