Por: Assenet Lavalle Arenas
Poco más de 6, casi 7 de cada 10 viviendas en México son autoproducidas: las personas que demandan una vivienda gestionan su propio proceso y la toma de decisiones que conlleva la producción de su casa: la ubicación, los materiales, el diseño, las formas de pago, quién la construye, por dónde empezar. Y pese a que este proceso se da en todos los segmentos económicos de la población, es la principal forma de acceso a la vivienda de las personas de menores ingresos. Pero no es fácil, quienes autoproducen su vivienda enfrentan numerosas barreras: 64% de las familias se encuentran excluidas del financiamiento formal, por lo que recurren al ahorro, a los préstamos familiares o informales, a esquemas de tanda. Con frecuencia quienes autoproducen carecen de asesoría técnica y se enfrentan a sobrecostos de hasta 30% por la compra de materiales al menudeo. La construcción es progresiva, con base en las necesidades personales y de acuerdo a las capacidades económicas de quienes habitan la casa. Así, el promedio de tiempo para concluir su construcción va de 15 hasta los 30 años. Por otra parte, los trabajadores de la construcción como maestros de obra o albañiles son los principales asesores e influyen en la toma de decisiones. No obstante, gran parte de ellos no tienen capacitación formal e integral. Solo 4% de las viviendas autoproducidas en nuestro país tuvieron asesoría técnica por parte de una persona profesional.
Ante este panorama y como una respuesta a la necesidad de herramientas para gestionar la autoproducción de vivienda, la organización Centro Terwilliger de Innovación en Vivienda México, el cual forma parte de Hábitat para la Humanidad, en colaboración con las empresas Novaceramic, Rotoplas y Bticino elaboraron “Mi guía de construcción, buenas prácticas en autoproducción de vivienda” para ayudar a las personas que buscan esta solución inmobiliaria, a lo largo de todo el proceso. Se trata de un documento interesante, con un lenguaje sencillo, que permite la mejor toma de decisiones para construir o mejorar la vivienda, con información para supervisar la obra, así como con datos que aportan criterios para seleccionar y contratar a las personas trabajadoras de la construcción.
Es importante destacar que previo a la elaboración de Mi guía, se realizaron encuestas a diversos grupos de población del municipio de Texcoco, Estado de México, a trabajadores de la construcción y a personas profesionales como arquitectos e ingenieros para tener claro las necesidades reales y las problemáticas que enfrentan quienes autoproducen su vivienda. De esta manera, a través de 7 capítulos, Mi guía aborda temas como las decisiones más adecuadas para no desperdiciar espacio, cómo hacer la casa más funcional, cómo lograr mayor iluminación, cómo identificar los elementos estructurales de una vivienda y su función (como los muros de carga, las columnas o las trabes), datos acerca de los morteros, el uso de mezclas listas y las recomendaciones para dosificar correctamente los materiales de construcción, cómo saber la ubicación ideal para colocar un tinaco o cómo construir una cisterna, la forma adecuada para instalar el alumbrado y los contactos, cuándo usar el servicio monofásico o bifásico de energía eléctrica y cómo evitar un corto circuito, entre otros muchos temas.
La guía es totalmente gratuita, cualquier persona puede descargarla completa o por capítulos desde la página www.miguiadeconstruccion.org. Para conocer más de lo que hace el Centro Terwilliger de Innovación en Vivienda México, aquí su página web www.ctivmexico.org y lo que hace Hábitat para la Humanidad para América Latina y el Caribe: www.habitat.org/lac-es