La Región Sur Sureste integrada por siete estados de nuestro país, ha presentado históricamente desigualdad regional y rezagos en términos de indicadores de pobreza, marginación y desarrollo humano, con respecto a las otras regiones, ello a pesar de la estratégica localización geográfica y de los abundantes recursos naturales y energéticos que posee, esta lamentable situación, requiere de la aplicación de políticas públicas y estrategias que reduzcan tales desequilibrios.

Por Fernando Islas Ramírez 

Ante este escenario, que podría atribuirse a una “tradicional injusticia gubernamental”, se asume que la presente administración del gobierno federal tomó la decisión de construir el Tren Maya (TM), como un proyecto de infraestructura para mejorar la accesibilidad y movilidad en el contexto de la Península Yucateca, sin embargo desde el inicio se percibió sólo como un proyecto específico que impulsaría al sector turístico para los destinos de sol y playa así como, para el llamado “turismo cultural” que visita los importantes sitios arqueológicos tierra adentro, toda vez que la responsabilidad tanto del proyecto como de la construcción fue asignado a FONATUR (Fondo Nacional de Fomento al Turismo), y si bien se expresaron algunas alusiones sobre los beneficios que se generarían para el desarrollo económico de toda la RSS, lo cierto es que ellas nunca permearon dentro de la sociedad en general.

Asimismo, en el documento “TREN MAYA, Análisis Costo-Beneficio” (Versión Pública), intentan dar justificación al proyecto con argumentos y análisis que sustentan en una futura “demanda capturable” de turistas que se consideran “susceptibles” de extender su estadía. De acuerdo a los pronósticos publicados en este mismo documento se expresa que la demanda de pasajeros, iniciará en 2023 con un flujo de 99 mil pasajeros por día, el cual se incrementaría a 221,000 para el año 2053.

Lo cierto es que el documento justificante no incluye estrategias y tampoco hace referencia a un instrumento de planeación y desarrollo económico y social para la Región que sustente los procesos y acciones que deberían llevarse a cabo de acuerdo a escenarios futuros, que permitan incrementar la producción y en consecuencia generar las cargas pronosticadas. Ante la ausencia del citado instrumento de planeación para el desarrollo económico y social de la Región, sólo quedaría esperar que el sistema ferroviario por sí mismo y solo con su puesta en marcha pudiese generar de manera espontánea las demandas futuras, opción que a todas luces estaría sujeta a un comportamiento aleatorio y por tanto de gran incertidumbre en la operación eficiente del TM.

El instrumento de planeación mencionado deberá establecer acciones estratégicas inmediatas, de mediano y de largo plazos, en virtud de que se trata de un proceso con visión de futuro y al mismo tiempo permanente y sistémico, con el fin de fortalecer las actividades productivas del sector primario en particular las de la agricultura, que en un marco de sustentabilidad tenga como propósito fundamental sustituir la tradicional modalidad de autoconsumo que mantiene a sus habitantes en un nivel de subsistencia y sin generar excedentes para exportación, lo cual explica en buena medida su pobreza y marginación.

De igual manera, como parte de la acciones estratégicas prioritarias a contemplarse en al aún ausente instrumento de planeación y desarrollo económico y social de la Región, será necesario incluir la promoción y atracción de inversiones para la implantación de industrias de transformación, que generen cadenas productivas y agreguen valor a los productos del sector primario y coadyuven para lograr la autosuficiencia alimentaria en la RSS, satisfacer la demanda de insumos y materias primas dentro y fuera de la Región, y suministrar los productos manufacturados que serán demandados por las instalaciones hoteleras existentes y por las futuras, así como por el desarrollo urbano en general, mismo que será inducido por las ciudades a interconectar por el TM e inclusive para que se pudiesen generar excedentes con fines de exportación a nivel nacional e internacional.

Es inminente que se podrá evitar o al menos reducir el riesgo de haber realizado una inversión económica financiera ruinosa, si la implantación del TM eventualmente lograse contar con el mencionado instrumento de planeación y desarrollo económico y social de la Región.

Asociado de Número de la Asociación Mexicana de Urbanistas AC 

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