Assenet Lavalle Arenas
El pasado 5 de diciembre de 2023 el Consejo Nacional de Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano en sesión, acordó continuar con el desarrollo de un par de interesantes proyectos: el de una Ley General de Ordenamiento Territorial y la formulación de los lineamientos técnicos para elaborar un instrumento de planeación territorial integrado, los cuales serán presentados a quienes formen parte del Gobierno de México para el periodo 2024-2030. Dada la necesidad de un nuevo abordaje de la gobernanza territorial y como titular de la dependencia responsable de estos proyectos, la Dirección General de Ordenamiento Territorial de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), consulté con el Dr. Víctor Hugo Hofmann para entender qué implica un cambio de paradigma del ordenamiento territorial integrado en México.
Hasta ahora, la política en la materia y su normatividad tienen diversos enfoques que abordan el tema de forma dispersa, desarticulada y desde distintas perspectivas sectoriales que suelen ser incompatibles entre sí. Esto se refleja en una compleja red de instrumentos normativos, instituciones y órdenes de gobierno que no contribuyen de forma eficiente ni sistémica al bienestar de las personas, al desarrollo territorial ni al ambiente. En este sentido, afirma el Doctor Hofmann, el proyecto para la integración del ordenamiento ecológico, del ordenamiento territorial y del desarrollo urbano que impulsa la Sedatu, en acuerdo con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales busca conformar las bases normativas y técnicas para articular las intervenciones públicas que ordenen espacialmente los usos, la ocupación y el aprovechamiento del territorio; conserven los ecosistemas; orienten y regulen las políticas sociales, económicas, culturales y ambientales, reconozcan la diversidad regional para lograr un sistema territorial ordenado, incluyente, sostenible y seguro. La integración plantea un nuevo paradigma en la planeación del territorio nacional, por lo que la participación y la coordinación entre los tres órdenes de gobierno es imprescindible. Otros cambios son la integración técnica y metodológica bajo un enfoque socioecosistémico del territorio, además de los ajustes jurídicos, estructurales y financieros necesarios para que las instituciones involucradas puedan implementar, cumplir y dar seguimiento a la integración.
Este nuevo arreglo en la gobernanza territorial para el mediano y largo plazos implica un proceso de adecuaciones jurídicas, metodológicas, administrativas e, incluso, conceptuales. Para ello, la Sedatu, con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo elaboró una propuesta preliminar de nueva Ley General de Ordenamiento Territorial y con el apoyo de Euroclima+, a través de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo formuló un conjunto de lineamientos para elaborar un programa de ordenamiento integrado. Ambos proyectos, señala Hofmann, sientan las bases para desarrollar el andamiaje de este nuevo paradigma.
Parece muy interesante, para el desarrollo de estos lineamientos, que se partió de un enfoque denominado Sistema Socioecológico del Territorio, el cual se concibe como el conjunto lógico y ordenado de diversos subsistemas. Así, se reconoce el vínculo dinámico en tiempo y espacio entre las contribuciones de la naturaleza, los asentamientos humanos y las personas, además de que se proveen las bases y las herramientas hacia un desarrollo territorial sostenible. Se establecen igualmente cinco ejes transversales: los derechos humanos; la participación social; la gestión integral de riesgos de desastre y el cambio climático; el género e inclusión y el enfoque de cuenca. Posterior a ello, se establecen 25 temas identificados por su importancia, además de las interrelaciones entre ellos. Por otra parte, se identifican 14 etapas que se entremezclan con los 25 temas anteriores. La participación social es el único componente que se considera tanto una etapa permanente como un eje transversal de los programas de ordenamiento.
“El proceso para lograr el cambio que requiere este nuevo paradigma de la planeación del territorio tomará tiempo, diferentes gobiernos y seguramente la formación de nuevas generaciones de personas profesionales. Este cambio debe comenzar ya. No me cabe duda de que, lo que acelerará el proceso será reconocer la realidad ambiental en el contexto del cambio climático: al paso del tiempo representará una inversión que mejorará sustancialmente la vida de las personas”, menciona Hofmann. Esperemos que los cambios del gobierno federal este año compartan esta visión.
Es asociada de número de la Asociación Mexicana de Urbanistas