Por Raúl Villalobos Salas
En un contexto donde el crecimiento urbano amenaza con desdibujar la identidad y funcionalidad de las ciudades, el barrio emerge como la célula básica, la unidad de origen del espacio urbano. Las raíces del barrio en México evocan un urbanismo armónico que estructuró los servicios, la infraestructura y las actividades económicas alrededor de una plaza o área central, estableciendo un modelo que se sostiene aún frente a retos contemporáneos como la pandemia de COVID-19. Este artículo aborda cómo redirigir el enfoque urbano hacia el barrio como un espacio de vida esencial, proponiendo acciones específicas para actualizar y mejorar nuestra estructura urbana en sintonía con los tiempos actuales, especialmente en aquellas ciudades y comunidades olvidadas por el desarrollo.
Diagnóstico de la Problemática
El cambio constante en las políticas urbanas y la falta de continuidad en los planes gubernamentales han generado un ciclo de planificación interrumpido, obstaculizando la evolución de un urbanismo sostenible y funcional. La pandemia reveló además la necesidad de espacios habitables que optimicen los recursos y reduzcan la necesidad de movilidad extendida. Sin embargo, la falta de adaptabilidad en los modelos de planificación actuales ha hecho que muchas ciudades y barrios se vean atrapados en estructuras ineficaces, limitando el aprovechamiento de los barrios como centros de desarrollo humano y económico.
Propuesta de Acciones Específicas
- Redefinir la Metodología Urbana para Incorporar Polígonos de Barrios Inteligentes: Implementar un diseño inteligente en los barrios basado en una estructura de polígonos ortogonales, promoviendo trayectos de movilidad de 15 minutos y fomentando la cercanía de los servicios básicos, escuelas y áreas recreativas dentro de los barrios. Esta acción es crucial para las ciudades olvidadas, donde las distancias y la falta de infraestructura suelen ser obstáculos para el bienestar de sus habitantes.
- Legislar para Asegurar la Continuidad de Planes Urbanísticos: Es urgente establecer marcos legislativos que garanticen la continuidad de los planes urbanos a través de las administraciones, evitando la improvisación y asegurando que los barrios reciban inversiones sostenidas y consistentes en infraestructura y servicios. Esto sería un paso significativo para ciudades y barrios que históricamente han sido relegados de los planes de desarrollo.
- Fortalecer la Identidad de los Barrios y Fomentar la Participación Ciudadana: Reforzar el sentido de comunidad y pertenencia en cada barrio, reintroduciendo un modelo de urbanismo donde los habitantes puedan participar activamente en la toma de decisiones y en la creación de espacios que respondan a sus necesidades. Esta acción busca restaurar la cohesión social en ciudades olvidadas, donde muchas veces la desconexión entre los habitantes y el entorno dificulta la apropiación y mejora del espacio urbano.
- Revitalizar la Movilidad Activa y Espacios de Convivencia Local: Promover medios de transporte sustentables, como la bicicleta y el transporte público eficiente, para conectar los barrios y reducir la dependencia de vehículos motorizados. Crear espacios seguros y accesibles que favorezcan la interacción comunitaria y fortalezcan la identidad barrial. Las ciudades olvidadas pueden encontrar en esta estrategia una manera de reactivar sus espacios sin una inversión desproporcionada.
- Desarrollar Corredores de Comercio y Servicios Locales: Aprovechar los recursos urbanos existentes y construir corredores de comercio que generen empleo local, brindando a los habitantes acceso a bienes y servicios de manera cercana y eficiente. Este enfoque revitalizará la economía en barrios y ciudades que han quedado al margen de la inversión privada, dándoles la oportunidad de reinsertarse en el circuito económico urbano.
Conclusión
La transformación urbana comienza en el barrio, en la revalorización de estos espacios como núcleos de una ciudad moderna, inteligente y resiliente. La pandemia nos ha mostrado la urgencia de repensar nuestra estructura urbana para volver a la cercanía, la comunidad y la eficiencia en los recursos. Aprovechar la estructura de los barrios es fundamental para crear ciudades que no solo respondan a las necesidades inmediatas, sino que promuevan una vida en equilibrio con el entorno y con un fuerte sentido de pertenencia. Para aquellas ciudades olvidadas, redescubrir y potenciar sus barrios representa no solo una oportunidad de modernización, sino un acto de justicia y reconocimiento hacia comunidades que merecen el acceso a una vida urbana digna y sostenible.
Presidente del Consejo Consultivo de la representación Estatal de la Asociación Mexicana de Urbanistas en el Estado de Coahuila