La tendencia mundial de la población por asentarse en zonas urbanas ha provocado que éstas crezcan diariamente a una velocidad vertiginosa y México no es la excepción. Las ciudades mexicanas han experimentado un crecimiento aun mayor por encima del promedio mundial, ya que algunas se han expandido hasta 10 veces más que su crecimiento poblacional. Esto quiere decir que, en las últimas décadas, mientras la población de las ciudades mexicanas se ha duplicado en número, su extensión territorial se ha desbordado sin fronteras. Por ejemplo, en 1980 la población de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, era de 196 mil habitantes con una superficie urbana de 798 hectáreas, para el año 2010 su población registraba 640 mil habitantes, había crecido poco más de tres veces; sin embargo, su extensión territorial rebasaba las 13 mil hectáreas, es decir, se había expandido 16.95 veces.
Este fenómeno provocado principalmente por la falta de planeación urbana por parte de los tres órdenes de gobierno, ha generado costos muy altos en la prestación de servicios, pobre o nula cobertura de equipamiento urbano e infraestructura, una muy deficiente seguridad, transporte público caro y escaso, espacios públicos abandonados, asentamientos irregulares por doquier y muchos etcéteras.
Observamos en otras latitudes que el crecimiento de las ciudades va acompañado de una planeación estratégica de largo plazo que permite integrar con armonía el aspecto espacial con el social y el ambiental, teniendo como resultando ciudades cada vez más competitivas, eficientes y productivas.
Pero ¿que entendemos por ciudades eficientes? ¿cómo puedo medir la eficacia o productividad de la ciudad donde vivo? ¿A mí en que me afecta o beneficia vivir en una ciudad competitiva?
Existen varias formas de mediar la eficiencia, eficacia y productividad de las ciudades, pero para efectos prácticos debemos contestarnos lo siguiente: ¿Es mi ciudad un destino atractivo para invertir? ¿Mi ciudad es un imán para gente con ideas innovadoras? ¿Cuenta mi ciudad con servicios públicos satisfactorios? ¿La movilidad no es un problema para los ciudadanos? ¿La seguridad es un atributo especial?
Si sus respuestas fueron positivas, estimado lector le felicito y hágame saber en qué ciudad vive, si no, entonces ponga atención:
Lo que debemos hacer para mejorar nuestra calidad de vida y las condiciones económicas de los habitantes de nuestra ciudad, es así de simple o quizás así de complicado y difícil:
Contar con un o una líder responsable de sus actos, innovador, transparente y con visión de largo plazo, ser valiente y que se atreva a tomar decisiones que a veces no sean populares.
Para el desarrollo de políticas públicas traducidas a programas, obras y acciones deberá existir siempre el consenso y participación de los ciudadanos, y la colaboración del sector público con el privado, y por último,
Que usted, su vecino, sus colegas del trabajo, los ciudadanos seamos el artificie de cambio.
Actualmente la Ciudad de México a través de su Instituto de Planeación, recientemente instalado, tiene la obligación de elaborar el Plan General de Ordenamiento Territorial, el cual, una vez aprobado y publicado tomará carácter de Ley. Esto significa que en dicho documento se establecerán las estrategias de desarrollo de la Ciudad, los usos de suelo, dónde sí y dónde no se puede construir vivienda, centros comerciales, escuelas, bares, oficinas, mercados, etc.
La participación de nosotros los ciudadanos en el desarrollo de dicho programa marcará la enorme diferencia entre tener la ciudad que aspiramos, una ciudad inteligente o tener la ciudad resultado del capricho de unos cuantos.
Si no queremos que el destino nos alcance, entonces debemos interesarnos en este programa que en breve será autorizado, y sin nuestra participación quién sabe cuál será el destino de nuestra ciudad capital para los próximos 15 años.
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