Por: Juan L. Kaye López

La bicicleta se ha convertido en una opción popular para la movilidad urbana en México, ofreciendo beneficios económicos, de salud y ambientales. Sin embargo, mientras el número de ciclistas crece, también aumentan los riesgos y desafíos para quienes optan por este medio de transporte. Las deficiencias en infraestructura, el creciente número de accidentes y la inseguridad son alarmantes. Este artículo explora el estado actual de la movilidad ciclista en México, subrayando la urgente necesidad de implementar infraestructura y políticas que garanticen la seguridad de los ciclistas y promuevan su uso responsable como una tendencia inteligente para el desarrollo urbano.

Los ciclistas en México enfrentan un entorno sumamente peligroso. A pesar de que la bicicleta se considera una alternativa viable al automóvil, la falta de infraestructura adecuada y la imprudencia en las calles representan riesgos graves para los usuarios. Las cifras son alarmantes:

  • Accidentes: En 2019 se reportaron 919 accidentes que involucraron ciclistas en la Ciudad de México. En 2020, en medio de la pandemia, los incidentes aumentaron a 2,175, un incremento impactante a pesar de la reducción del tráfico general. Para 2021, el número de accidentes ascendió a 2,998, y en 2023 la cifra alcanzó los 3,054. Esto significa un incremento del 232% en solo tres años, lo que evidencia la falta de medidas efectivas para proteger a los ciclistas.
  • Falta de Infraestructura: En México, solo un pequeño porcentaje de la red vial cuenta con infraestructura dedicada para bicicletas. En la Ciudad de México, aunque se han construido algunas ciclovías, estas no son continuas ni adecuadas para el volumen de ciclistas, y su mantenimiento es deficiente. Además, muchas ciclovías son invadidas por el comercio informal y vehículos estacionados, lo que obliga a los ciclistas a circular en condiciones inseguras.
  • Inseguridad y Robo: Según la Fiscalía de Justicia de la Ciudad de México, en 2022 y el primer semestre de 2023 se registraron en promedio cinco robos de bicicletas al día. Esta cifra se queda corta, ya que muchos robos no son denunciados. Los métodos de robo van desde cortar cadenas y candados hasta el asalto directo al ciclista en movimiento, lo que ha generado un clima de inseguridad que disuade a muchas personas de optar por la bicicleta.

Estas condiciones, sumadas a factores como el clima extremo en ciertas épocas y la falta de señalización adecuada, hacen que la bicicleta, aunque sostenible, resulte peligrosa para el usuario promedio.

La Realidad de la Infraestructura Ciclista en México

A pesar de los esfuerzos, la infraestructura ciclista en México sigue siendo insuficiente y mal distribuida. En la Ciudad de México, donde se concentran gran parte de las iniciativas para promover el ciclismo urbano, el sistema Ecobici ofrece una opción segura, pero su cobertura es limitada a seis alcaldías. Esto deja fuera a muchas zonas de alta demanda de movilidad en bicicleta, especialmente aquellas en las periferias de la ciudad, donde las condiciones viales son más complicadas y el acceso a transporte público es limitado.

A nivel nacional, solo algunas ciudades como Guadalajara, Toluca y Pachuca han implementado sistemas de bicicletas compartidas, y estos son aún limitados en comparación con los de ciudades europeas o asiáticas. La falta de conectividad entre los sistemas de transporte público y la red ciclista agrava el problema, dificultando la integración de la bicicleta como un modo de transporte regular y seguro.

Promoción de la Bicicleta como Movilidad Inteligente y el Respeto a Normas de Tránsito

La bicicleta no solo representa una solución a problemas de movilidad y contaminación, sino que también es una tendencia inteligente de desarrollo urbano, pues facilita la creación de ciudades más accesibles, eficientes y sostenibles. Promover la bicicleta como una opción de transporte seguro implica también educar a los ciclistas sobre la importancia de cumplir con las normas de tránsito para evitar accidentes y hacer de este medio una opción cada vez más segura.

Los ciclistas deben tomar conciencia de su papel en la vía, respetando semáforos, direcciones y reglas de seguridad vial, como el uso de cascos y luces. Al compartir la responsabilidad con otros usuarios de la vía, el ciclismo urbano puede evolucionar en una tendencia respetada y eficiente, que convierta la bicicleta en una pieza clave para la movilidad sostenible.

Propuesta de Acciones Específicas

  1. Expansión y Mantenimiento de Ciclovías: Es urgente que se amplíe la red de ciclovías en las ciudades mexicanas y que se garantice su mantenimiento y protección contra invasiones de comerciantes o vehículos. Las ciclovías deben ser continuas, bien señalizadas y adaptadas al volumen de usuarios.
  2. Implementación de Programas de Seguridad y Prevención de Accidentes: La creación de campañas educativas y programas de concienciación para promover el respeto hacia los ciclistas entre conductores y peatones es crucial. Además, deberían instalarse sistemas de cámaras en puntos estratégicos para monitorear y reducir accidentes.
  3. Extensión de Sistemas de Bicicletas Compartidas: Ampliar el alcance de sistemas como Ecobici y fomentar su uso a través de subsidios y tarifas accesibles. Además, podría explorarse la implementación de bicicletas eléctricas para apoyar a usuarios en áreas con pendientes pronunciadas o trayectos largos.
  4. Fortalecimiento de la Seguridad en el Uso de Bicicletas: Colocar estaciones de bicicletas en zonas vigiladas y alumbradas, y establecer “puntos seguros” donde los ciclistas puedan reportar incidentes y solicitar ayuda de manera rápida.
  5. Adaptación de Infraestructura a Condiciones Climáticas y Urbanas: Ofrecer soluciones como techos o áreas cubiertas en estaciones de bicicletas, y asegurar que los carriles para bicicletas estén bien iluminados y protegidos en zonas con alto índice de criminalidad.

Conclusión

El ciclismo urbano en México enfrenta un momento decisivo. A pesar de los beneficios evidentes, los ciclistas se encuentran en condiciones vulnerables que hacen que muchos reconsideren su uso como medio de transporte. La implementación de una infraestructura adecuada, la mejora de la seguridad y la promoción de sistemas de bicicletas compartidas son esenciales para que el ciclismo urbano crezca y se convierta en una alternativa viable para todos. Es igualmente crucial que los ciclistas respeten las normas viales, contribuyendo así a un entorno más seguro para todos.

La bicicleta, como símbolo de movilidad inteligente, es una herramienta poderosa en la lucha por ciudades más sostenibles y menos contaminadas; sin embargo, este potencial se verá frustrado sin el compromiso de autoridades y ciudadanos para garantizar un entorno seguro y respetuoso para los ciclistas y todos los usuarios de la vía.

Es presidente de la Asocación Mexicana de Urbanistas

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