El Instituto Nacional del Fondo de la Vivienda para los Trabajadores (INFONAVIT) nace el 1º. de mayo de 1972 con el que se da cumplimiento al derecho a la vivienda de los trabajadores establecido en la Constitución, y como Director General al Lic. Jesús Silva Herzog quien con un gran equipo de técnicos y expertos, diseña la primera estructura organizacional, recluta y selecciona al personal, desarrolla normas y reglamentos, formula políticas, proyectos y programas necesarios para iniciar el otorgamiento de créditos. En esa etapa y durante varios años el Instituto adquiría terrenos, contrataba proyectos y obras a través de empresas constructoras y se encargaba de la supervisión de las construcciones. Existe evidencia de la alta calidad de vivienda con equipamientos y servicios que se producía en esos años...

Por Juan L. Kaye López 

Al comenzar el siglo XXI, el Gobierno Federal dio inicio al impulso de una masiva producción de vivienda social que, si bien casi logra abatir el déficit cuantitativo de vivienda, no se logró crear mayoritariamente viviendas adecuadas con condiciones aceptables de habitabilidad.

La multiplicación de conjuntos habitacionales en las periferias lejanas de las ciudades ocasionaron una fuerte demanda de suelo, servicios urbanos, transporte público, vías de comunicación, equipamientos, sin que hayan podido intervenir en las decisiones sobre la localización y las características de esta producción habitacional, los gobiernos locales —con escasas capacidades institucionales— han tenido que hacer frente a los acelerados cambios y a las demandas de los nuevos habitantes en sus municipios.

Al cierre del año 2021 se contabilizaron casi 6 millones de unidades abandonadas y otras bandalizadas, el incremento respecto al 2010 (que ya era de 5 millones) se debió a migración, desempleo, violencia creciente y la pandemia que orillo por falta de recursos económicos a dejar sus casas, construidas en un gran número de casos en zonas de difícil acceso, alejadas de los centros urbanos, sin equipamiento educativo, de salud o recreación.

Los estados con mayor abandono y de casas deshabitadas son Veracruz, Michoacán, Guanajuato, Jalisco y Estado de México.

El INFONAVIT reconoce del total anterior que 650 mil corresponden a sus derechohabientes y prevé recuperar solamente 170 mil, con lo que el quebranto para la institución es de enormes proporciones.

Mientras la parte financiera se fortalecía, la visión social se desvanecía por completo.

Hacer casitas pequeñitas, igualitas, sin personalidad y arquitectura, sin tomar en cuenta condiciones climáticas de cada región del país, y peor aún, sin servicios adecuados y equipamiento básico como clínicas de primer contacto, centros deportivos, escuelas, mercados, templos religiosos, etc. trajo como consecuencia una terrible fragmentación social; donde el gran vencedor era el desarrollador, el INFONAVIT pagaba los platos rotos y el trabajador abandonaba su minúscula casita en medio de ninguna parte.

Tres sexenios donde la vivienda tropezó y enfrento un panorama muy desesperanzador. Periodo en que el Instituto, ha vivido grandes transformaciones pasando de organismo constructor a hipotecaria social, hoy después de 50 años de existencia, continúa mostrando la errática política en la materia, que hay que decirlo, se agudiza en esta administración donde el gobierno impulsa que el recurso se le dé al trabajador y éste construya su vivienda, partiendo así del desarrollo institucional con visión urbana y social, al otorgamiento de dinero para impulsar vía la autoconstrucción el desorden urbano.


Presidente del Consejo Directivo Nacional de la Asociación Mexicana de Urbanistas, AC 
contacto@amu.org.mx 

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