Conforme aumenta la incertidumbre, como una potencial recesión, el sector empresarial actúa con mayor cautela y desciende las inversiones y apuestas a favor de las unidades productivas. Entonces se cierran contrataciones, planes de expansión y, simultáneamente, se reducen los planes de expansión, investigación y desarrollo.

En un eventual impasse, existen muchos factores que exacerban la cautela, pero la inseguridad juega un rol trascendental. Así, aun cuando se documente que en determinada región existe un promisorio mercado, los delitos en el área la vuelven inelegible.

La inseguridad, en sí, es un riesgo que afecta al crecimiento económico potencial y sus efectos sobre la inversión ya son considerables en México.

Al menos durante el último año, los problemas de inseguridad pública representan uno de los dos obstáculos más recurrentes para el crecimiento, incluso antes que la inflación y las altas tasas de interés de acuerdo a distintos estudios patronales.

Incluso en el Foro Económico Mundial, los líderes empresariales ubicaron a México entre los siete países que generan a los inversionistas más costos para enfrentar crimen y violencia, un dato que lesionará severamente los planes de inversión a largo plazo en el país.

Asimismo, el Índice Nacional de Precios al Productor evidencia que el mercado interno presenta choques de oferta, motivados en gran medida por la inseguridad.

A la inversa: cuando se logran reducir los niveles de inseguridad, el costo para invertir baja y se vuelve más atractivo. En suma: mayor certidumbre en el cumplimiento de la ley se reduce el costo de hacer negocios y mejora el clima de inversiones.

Actualmente, al menos 5% de la inversión a tasa anual puede perderse por la delincuencia organizada y la corrupción. Al mismo tiempo, se calcula que la violencia tiene un costo de 25,000 pesos por habitante en promedio.

El robo de mercancía, la extorsión o cobro de piso, robo de vehículos o mercancía en tránsito, fraude bancario, delitos informáticos, fraude al consumo y a establecimientos, delitos persistentes contra el sector privado, son los delitos que mayor impactan la inversión fija bruta.

En sí, las empresas enfrentan un contexto de mayor inseguridad. Al mismo tiempo, la presencia del crimen organizado se considera un factor de gran peso que limita las inversiones extranjeras.

La coordinación entre los tres órdenes de gobierno, seguridad local, estatal y nacional, así como mayor capacitación tanto a elementos de la seguridad pública y privada y apostar por la educación, son ejes que se consideran cruciales para abatir la inseguridad.

Debe mencionarse que aunque en la Iniciativa Privada se enfaticen los delitos económicos, también aquellos de alto impacto social como el homicidio y secuestro, tienen efectos devastadores en el ánimo de los inversionistas.

La inseguridad, en sí, se posiciona como el elemento crucial en la inercia productiva. Es lo que alimenta la inacción y el miedo.

Experto en seguridad personal y patrimonial

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