Si usted, querido lector, es un gran seguidor de los productos de Apple, seguramente esperará con ansias las ya famosas presentaciones que año con año realiza la compañía para mostrar sus nuevos productos y, en particular, el momento hacia el final de la presentación donde el CEO anuncia la última sorpresa del evento (“one more thing”).

Pues bien, para varios expertos y fans de la marca, este último elemento sorpresa se ha empezado a perder. No cabe duda de que los productos de Apple, empezando por el iPhone, han generado cuantiosas ganancias para la empresa y que la han llevado a ser la empresa más valiosa del planeta con un valor de capitalización de más de 2 mil billones de dólares. Sin embargo, también es cierto, hay una cierta sensación de que esta alta innovación que caracterizaba a la empresa no ha sido tan significativa o impactante como años atrás.

Pero estos expertos podrían estar equivocados. En diciembre pasado, Reuters volvió a poner en la escena a Apple al afirmar que la empresa californiana se encontraba en buen camino para lanzar y producir su primer vehículo en 2024. Un automóvil que promete ser completamente autónomo y utilizar tecnología de punta en las baterías, lo que permitiría reducir drásticamente su costo, a la vez de incrementar significativamente el rango de conducción.

La noticia no es nueva. En 2014 se dio a conocer que Apple estaba trabajando, con cierta secrecía, en el llamado Proyecto Titan, un proyecto que buscaba desarrollar un automóvil eléctrico y autónomo con la marca Apple. En su momento, el proyecto llamó mucho la atención del sector. Sin embargo, con el paso del tiempo y la aparición de rumores sobre las dificultades en su desarrollo, el proyecto Titan fue perdiendo relevancia entre el público.

Sin embargo, esta vez podría ser diferente. Un nuevo equipo directivo y el tejido de nuevas alianzas podrían estar relanzando el proyecto a un nuevo nivel. No obstante, la pregunta sigue siendo válida: ¿realmente vale la pena el esfuerzo de Apple por tener un lugar en la historia de la industria automotriz?

Hay muchas razones para pensar que este proyecto hace sentido. Definitivamente, un vehículo con las características mencionadas relanzaría la imagen de innovación tecnológica que por tantos años ha distinguido a Apple. Adicionalmente, con una base enorme de clientes fieles, muchos de ellos con alto poder de compra, el éxito de un producto así podría estar prácticamente garantizado.

Por otro lado, si hay alguien con experiencia construyendo cadenas globales de producción es precisamente Apple pues ha sabido tejer una vasta red de proveeduría, subcontratando el ensamble de sus productos a empresas de manufactura como Foxconn y conectando todo ello con distintos puntos de venta empezando por las ya famosas tiendas Apple, situadas en las mejores ubicaciones de las grandes ciudades.

Sin embargo, como sabemos, hay una gran distancia entre fabricar celulares y fabricar automóviles. A Tesla le ha llevado más de una década aprender cómo diseñar y fabricar vehículos y ponerlos en la calle a circular y, apenas, hasta el último año comienza a reportar utilidades de manera sostenible.

Varios expertos han cuestionado las razones que llevan a una empresa con márgenes de operación realmente altos como Apple a entrar a un negocio cuyos márgenes suelen ser de un dígito como lo es la industria automotriz. No obstante, si alguna tiene recursos para emprender un proyecto de esta envergadura, ésta es sin duda Apple.

La última palabra la tendrán Apple y, por supuesto, el mercado. El proyecto, a pesar de las dificultades, ilusiona y revolucionaría aún más a una industria automotriz que se encuentra viviendo cambios estructurales profundos. Sólo faltará ver si Tim Cook, el CEO de Apple, finalmente mencionará las mágicas palabras “one more thing” antes de develar el resultado del proyecto Titan.

*Profesor del área de Dirección de Operaciones de IPADE Business School

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