En 2020, un año marcado significativamente por la pandemia, la producción global de vehículos ligeros y comerciales cayó 16%, después de más de 10 años de crecimiento continuo. Sin embargo, no todas las regiones sufrieron el mismo impacto. China, que se recuperó rápidamente de la pandemia, solamente vio reducida su producción en 2%. El bloque de Norteamérica, en cambio, presentó una disminución de más de 20%.
Un crecimiento negativo se traduce en recortes de gastos y la inversión en investigación y desarrollo no ha sido la excepción. Se estima que la industria en su conjunto contrajo este gasto en cerca de 17%, afectando principalmente lo relacionado con el desarrollo de vehículos autónomos.
Los planes hacia la electrificación, sin embargo, han mostrado un poco más de resiliencia. En su última encuesta a ejecutivos del sector automotriz, KPMG reporta que la principal tendencia observada por el grupo de ejecutivos consultados está representada por la movilidad basada en baterías eléctricas. Adicionalmente, el estudio también reporta que, de cara a 2030, los directivos de esta industria estiman que cerca de 75% de los autos en venta serán híbridos, propulsados por batería o por celdas de combustible (hidrógeno). No obstante, en el mismo estudio se reconoce que el precio sigue siendo la principal barrera de entrada a este mercado y muchos de los ejecutivos señalan que la falta de infraestructura adecuada podría desacelerar la transición hacia la electrificación.
Lo cierto es que, a pesar de la pandemia, el anuncio de nuevos modelos de autos eléctricos no ha parado y prácticamente todas las marcas, buscando alcanzar a Tesla, tienen algún plan que contempla la introducción de al menos un modelo para los próximos tres años.
¿Cuál es el estado actual de este tipo de automóviles en el mundo?, ¿tenemos indicios de que la transición hacia esta tecnología se esté consolidando? De acuerdo con la Agencia Internacional de Energía, para 2020 el parque global de vehículos eléctricos ascendió a 10 millones de unidades. Esto representa una cifra casi seis veces mayor a los registros de 2015.
Además, durante 2020 se registró un aumento de 40% de registros de nuevos vehículos eléctricos en comparación a 2019, siendo Europa la región que más ventas de autos eléctricos registró con poco más de tres millones de unidades. Los expertos señalan tres razones que explican estos incrementos: 1) un marco regulatorio cada vez más exigente en cuanto a emisiones vehiculares, 2) mayores incentivos gubernamentales para la adquisición de autos eléctricos y, 3) una mayor variedad de modelos acompañado de una reducción general en el costo de la batería.
Efectivamente, en el mundo existen más de 350 modelos disponibles, entre híbridos y eléctricos, y la famosa ansiedad de rango ha dejado de ser un problema: un coche eléctrico puede recorrer, con una sola carga, poco más de 340 kilómetros en promedio.
Si bien el parque vehicular eléctrico aún representa apenas 5% del total, la evidencia apunta a una mayor adopción durante la siguiente década. Por supuesto, existen aún varios retos y problemas no del todo resueltos. El crecimiento de la red de infraestructura de carga debe acompañar la planificación urbana, además de que existe un serio cuestionamiento acerca de la sustentabilidad de los procesos de extracción de materiales como litio y cobalto, e incluso, sobre el ciclo de vida de la batería y su posterior reciclaje.
Pese a todo ello, el camino hacia la electrificación da muestras de seguir consolidándose. China, Europa y Estados Unidos parecen encontrarse en una mejor posición para liderar este frente. El resto de las regiones, sin embargo, debe aún plantearse de qué manera poder acelerar la transición.
Profesor del área de Dirección de Operaciones de IPADE Business School