Ver para creer. Ver para confirmar. Ver como instrumento para aceptar la realidad. En días previos, a pesar de vivir acostumbrados a noticias casi impensables, los políticos mexicanos han demostrado, una vez más, contar con los medios para tornar lo improbable en realidad. Los encuentros actuales entre Andrés Manuel López Obrador y su partido con el clan Yunes reviven una vieja idea: la fuente del surrealismo y el mundo kafkiano no es europeo sino mexicano.

La historia de la dupla López Obrador y Miguel Ángel Yunes Linares ha cambiado. De las confrontaciones y acusaciones e insultos en 2018, cuando el primero buscaba y ganó la presidencia y el segundo era gobernador de Veracruz, ahora, la necesidad de contar con votos, y la “otra necesidad”, la de Miguel Ángel Yunes, de ser exonerado por todas las tropelías cometidas los ha unido. Avalar la reforma al Poder Judicial en el Senado fue y es el leitmotiv. Mientras que el exgobernador llamaba a AMLO “loco” y “vividor del sistema”, el Presidente dijo, en 2017, contar con una “carpeta azul” donde se enlistaban las propiedades en México y en el extranjero de Yunes Linares, y, además, agregó, “…Yunes es igual que Duarte, no hay diferencia entre ellos”.

Sepultar el pasado es oficio de incontables políticos mexicanos. La dupla mencionada padece amnesia y los camaradas morenistas del Presidente no se interesan —¡increíble!— por las expresiones espetadas por ambos. Miguel Ángel padre, y su hijo Miguel Ángel Yunes Márquez fueron recibidos el 10 de septiembre como héroes por los dueños del país. Las fotografías no mienten: los Yunes fueron grabados juntos, sonrientes en compañía del senador José Sabino Herrera quien abandonó el PRD para sumarse a Morena: ¿traición?, indignidad? Las buenas lenguas aseguran que al vender su dignidad los Yunes recibirán como premio eliminar seis órdenes de aprehensión amén de mantener sus cotos de poder en Veracruz.

Yunes padre y AMLO presidente sepultan lo insepultable. Agrego otros datos. En 2018, cuando era gobernador aseveró: “Hace dos días llegó a Veracruz el loco López Obrador. Nuevamente su discurso se circunscribe a ofenderme, a ofender a mi familia. No tiene una sola idea, no sabe cómo resolver ningún problema. Este loco vividor del sistema, solamente sabe agraviar y destruir, pero conmigo se va a topar con pared”. Yunes se equivocó: AMLO sí supo, al menos hace cuatro días, cómo resolver el affaire: lo compró.

El problema no sólo es la inmensa capacidad de AMLO y su grupo. Su popularidad y aceptación son inmensas. No tiene sentido especular qué sucederá con Claudia Sheinbaum, aunque, innegable es el complejo brete que enfrentará por las herencias de su antecesor. El problema fundamental es la nula y execrable oposición. De los cuatro cochinotes —la canción habla de cochinitos— sólo quedan tres: el PRD desapareció y sus compinches PRI, PAN y Movimiento Ciudadano son basura, tal y como lo ha demostrado el affaire Yunes. La mediocridad de dichos partidos sobrepasa cualquier límite. El clan Yunes es ejemplo vivo. Traicionar con tal de ser exonerado es válido.

Es inmensa la capacidad y la facilidad con la cual los políticos mexicanos han aprendido a traicionar. La Realpolitik tampoco es europea —Bismarck fue quien acuñó el término—: es mexicana.

Médico y escritor