El pasado primero de abril, el gobierno federal, por conducto de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, entregó al Congreso de la Unión los PreCriterios Generales de Política Económica 2023. Esto se llevó a cabo conforme a la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, ya que forma parte de las obligaciones del gobierno federal. No olvidemos que en este documento se presenta no solo la situación actual de la economía, sino también las estimaciones del ingreso y gasto público y de la deuda pública para lo que resta de este año y del año siguiente. En síntesis, el informe explica cómo se va a terminar el año y que nos depara para siguiente en materia económica. Asimismo, establece cuánto va a recaudar el gobierno federal, cómo lo va a gastar y, finalmente, cuánto se va a endeudar o desendeudar.

Se esperaba que la estimación del crecimiento económico real anual para este año fuera menor que 3.4% proyectado por el gobierno federal, como mencionaron algunos analistas económicos y agencias calificadoras. Es un porcentaje optimista dada la difícil situación económica actual que se vive no solo en México sino también en países avanzados, emergentes y de bajos ingresos, derivado, como se menciona en el documento entregado a los legisladores, del desbalance entre oferta y demanda, producto de la pandemia Covid-19 y del escalamiento del conflicto geopolítico entre Rusia y Ucrania. Para el próximo año se espera que la economía mexicana crezca 3.5%. Se ve complicado que se cumpla ya que, como se explica en los pre-criterios, la guerra ha complicado las presiones al alza en los precios de los alimentos y materia primas y podría generar desabastos de insumos industriales vitales para la industria manufacturera.

Respecto a la inflación, se espera que cierre en 5.5% al finalizar el año y para 2023 en 3.3%. Una baja sustancial que se piensa alcanzar a través del manejo de la política monetaria restrictiva, consistente en el aumento de la tasa de interés interbancaria de equilibrio a un día establecido como objetivo primario del Banco de México.

Aunque es innegable que el entorno internacional termina por afectar el desempeño económico del país como se sostiene en los Pre-Criterios, también hay que reconocer que en México se tienen una serie de problemas de carácter estructural como los bajos niveles de productividad y los altos costos energéticos que terminan por afectar el crecimiento económico.

Estos escenarios se plantean bajo el argumento de que la situación económica internacional está afectando las cadenas de valor y de transporte que terminan por estrangular el crecimiento económico y generando altos niveles de una inflación en el país. Sin embargo, en el contexto nacional la situación es más complicada. Esto debido a que 2020 fue uno de los años en los que la tasa de crecimiento del PIB decreció en casi 8.5%, como no se ha había visto en décadas. Desde entonces la economía no se ha podido recuperar, lo que ha terminado por afectar las finanzas públicas, ya que, aunque se estima un aumento de los ingresos presupuestarios en 2.2 % anuales en términos reales, este porcentaje es bajo con relación a periodos anteriores En consecuencia, se espera lo mismo para el gasto neto total. ¿Qué esperar entonces? ¿Más de lo mismo? Realmente, la expectativa es que para el próximo año las cosas empiecen a mejorar y habrá que mantenerse atentos.

Académico de la Universidad del Valle de México, Campus Lomas Verdes

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