Tras el tercer informe de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, es factible reflexionar sobre el hecho de que, si bien se reportaron logros importantes como el combate a la corrupción, a la impunidad fiscal, la prudencia fiscal y el acuerdo del T-MEC, por mencionar algunos, también hay resultados no tan positivos que vale la pena mencionar. De acuerdo con el informe del Índice de Progreso Social México 2020, presentado por Méxic,o ¿cómo vamos?, INCA Business School y el Social Progress Imperative, desde que inició este gobierno, ese factor se ha venido desacelerando a un ritmo de 1.2 puntos en comparación con el periodo que va de 2011 a 2015, mismo que creció a un ritmo de 2.48 puntos. Asimismo, en este reporte que mide la calidad de vida de la población, se destaca que, de los 12 componentes que son considerados en la medición, el de seguridad personal es el indicador peor ubicado en el último año.

También es preciso señalar que este progreso social va muy de la mano con el desempeño económico, de manera que, si no se genera el suficiente crecimiento económico, no hay desarrollo social. En este contexto, cabe mencionar que en los primeros dos años de gobierno se presentaron tasas de crecimiento económico negativas, lo que afectó las condiciones de vida de la población en los ámbitos de salud, educación, seguridad social, seguridad pública, vivienda y alimentación. Este decrecimiento en términos económicos implicó menores ingresos para la población y para el gobierno y, por lo tanto, esa condición se verá reflejada en una afectación en los niveles de vida de los mexicanos a lo largo de lo que resta del sexenio.

En este sentido y, buscando tener un panorama sobre la situación de la salud de los mexicanos, en un comunicado de prensa del Inegi sobre características de las defunciones registradas en nuestro país en 2020, se señala que el año pasado fue histórico al registrar el mayor número de muertes de los últimos 10 años, sin que las mismas estén asociadas principalmente a la crisis sanitaria derivada de la pandemia. De hecho, 92.4% de los decesos se debió a enfermedades y problemas relacionadas con enfermedades del corazón (20%), por Covid-19 (18.5%) y diabetes mellitus (13.9%). El resto, 7.6%, se originaron por factores externos, como accidentes, suicidios y homicidios. Si se suman la primera y la última causa, más de la tercera parte de las muertes estuvieron asociadas a problemas crónicos de salud, problemática que no se ha atendido debidamente.

Por su parte, el Coneval también presentó las estimaciones de pobreza multidimensional 2018 y 2020, donde reporta que, entre esos años, el porcentaje de población en situación de pobreza aumentó de 41.9% a 43.9%, mientras que el número de personas en esta condición pasó de 51.9 a 55.7 millones. En este mismo reporte se señala que en este periodo el mayor cambio se dio en el acceso a servicios de salud, ya que el porcentaje que carece de ellos se incrementó en 12%. Otras carencias que también aumentaron en menor medida son el rezago educativo, con un incremento de 0.25%, y alimentación nutritiva y de calidad, con 0.321%

Ya que mencionamos el rezago educativo, en una investigación publicada recientemente por México Evalúa respecto a la evolución de la matrícula en la educación media superior de cara a la pandemia, hay una caída en los niveles de absorción a la educación media superior de 3% desde 2018 a la fecha, sobre todo en instituciones privadas; a ello se suma un incremento en la tasa de deserción en el primer año. En fin, se presentó un informe con algunos resultados desalentadores a pesar de la favorable aceptación que tiene el gobierno de la 4T.

Académico de la Universidad del Valle de México, Campus Lomas Verdes.

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