Hace 26 años después de que entrara en vigor el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), las empresas taiwanesas llegaron a México para invertir en el país a partir de la década de los años 90. La inversión de Taiwán en México, conformada por 300 empresas taiwanesas y la creación de 60 mil empleos, actualmente es de mil 50 millones de dólares, hecho que hace a Taiwán el cuarto país inversionista más grande de la región de Asia-Pacífico en México.
El nuevo acuerdo T-MEC firmado por México, Estados Unidos y Canadá el 30 de noviembre de 2018 ha reemplazado al TLCAN el 1 de julio para regir la relación comercial de un mercado de más de 500 millones de habitantes entre los tres países. Por ello me permito hacer votos auspicios por la exitosa modernización de dicho tratado. Sin lugar a duda, el nuevo T-MEC ayudará a brindar la certeza, certidumbre y confianza indispensables para la inversión extranjera y posicionará a México como el destino más atractivo en América del Norte para los inversionistas de Taiwán, inclusive para los que planean trasladar cadenas de proveeduría a México gracias a la guerra comercial entre Estados Unidos y la República Popular China.
Por otro lado, no olvidemos que, en materia de comercio exterior, alrededor de 80% de las exportaciones mexicanas se concentran en América del Norte. Es decir, el comercio exterior de México con los países de Asia-Pacífico es relativamente limitado. Sin embargo, la participación de México en el Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (CPTPP, por sus siglas en inglés) puede ser aprovechada para evitar que la concentración de comercio exterior amenace el futuro económico de México, atraer inversiones e integrarse productivamente con esta región, dado que dicho tratado es el tercero más importante del mundo, y representa un nuevo bloque comercial de 500 millones de personas, 15% del comercio global y 13.5% del PIB mundial, con un valor total de 10 billones de dólares.
México es una potencia productora y exportadora a nivel global. Considero que Taiwán podría ser un socio estratégico para México, puesto que es un importante proveedor a nivel mundial particularmente de productos de tecnologías de la información y de la comunicación (TIC), semiconductores, autopartes, construcción, ferretería, maquinaria y piezas, etc., por lo cual existe gran oportunidad de cooperación y alta complementariedad entre las economías de ambos lados.
Hoy en día mi país es el noveno socio comercial de México, sin embargo, aún no existe un acuerdo de libre comercio entre Taiwán y México para fortalecer la vinculación económica. En este sentido, el CPTPP podrá ser el instrumento clave para detonar el crecimiento de comercio e inversión bilateral. La participación de Taiwán en el CPTPP favorecerá las importaciones no sólo de bienes de consumo sino también de bienes intermedios, los cuales en gran parte son utilizados como insumos en la producción de manufacturas para exportación en diversos sectores como el automotriz, el eléctrico y el electrónico, lo cual ayudará a una creciente inserción del país a las cadenas globales de valor.
Me permito resaltar que Taiwán, siendo el décimo octavo mayor miembro comercial de la Organización Mundial del Comercio (OMC), el cuarto país con mayor reserva de divisas y al contar con las fortalezas de facilidad para hacer negocios, desarrollo de clústeres y una economía más competitiva, etc. en posición relevante a nivel internacional, puede contribuir a generar beneficio mutuo en el marco del CPTPP. Como se sabe, México presidirá la tercera reunión virtual de esta organización el próximo 5 de agosto, el cual consolida su interés en promover una mayor integración con la región de Asia-Pacífico, una de las regiones con mayor dinamismo en el mundo. En esta ocasión, en nombre del titular de la Oficina Económica y Cultural de Taipéi en México, aprovecho para exhortar el apoyo mexicano en la inserción de Taiwán en el CPTPP con la finalidad de elevar y estrechar aún más las relaciones económicas y comerciales bilaterales.