Perdón pero esta vez, solo por una vez, este Arlequín tiene que estar en desacuerdo con el líder supremo de la Cuarta Transformación . El tema de disentimiento con el presidente Andrés Manuel López Obrador , no es cualquier banalidad, se trata de un tema de esencial justicia.
Modesto y humilde
como debe ser un gran líder social y humanista , el presidente AMLO dio una orden esta semana que simplemente no puede ser acatada en un país que se precie de ser justo y agradecido con aquellos quienes marcan para bien el destino de la nación.
“Tengo escrito en mi testamento que no quiero que se use mi nombre para nombrar ninguna calle, no quiero estatuas, no quiero que usen mi nombre para nombrar una escuela, un hospital, nada absolutamente", dijo el Presidente.
No, no y no, es inaceptable que por una muestra de genuina humildad, la nación se quede sin rendir un merecido homenaje a quien transformó al país y lo libró del yugo del conservadurismo , el neoliberalismo y, que quede muy claro, de la corrupción .
¿Qué el padre Hidalgo no tiene cientos de calles con su nombre? ¿Acaso don Benito Juárez no tiene su hemiciclo y estatuas en varias ciudades de México y del mundo? Y Emiliano Zapata , no solo tiene grandes monumentos hasta estación de Metro -y de las bien construidas-. Madero, tiene su ciudad, su alcaldía y sus billetes de mil pesos –aunque no muchos los conocen, ahí está el rostro del prócer-. Entonces, si a todos los demás transformadores se les han rendido homenajes ¿Por qué al padre de la Cuarta Transformación no se le debería rendir tributo de agradecimiento?
Cuando en el futuro quien sea presidente de México, mujer, hombre o no binario, de Morena o de cualquier otro partido existente o por existir, quiera inaugurar alguna gran obra, por ejemplo un gran hospital, que mejor nombre podría tener que el de Centro Médico Nacional, Presidente Andrés Manuel López Obrador .
En la placa se podría destacar el gran papel que el mandatario desempeñó durante la pandemia de Covid-19 y que gracias a su atinada visión solo costó algunos cientos de miles de vidas de mexicanos. Ese hospital bien podría tener un pabellón de pediatría, con el nombre “ Doctor Hugo López Gatell ”, en el que se atendiera toda clase de padecimientos de los menores, en especial cáncer infantil (afortunadamente el doctor López-Gatell no ha dado instrucciones para que su nombre no sea utilizado en obras o monumentos).
Y qué tal que en los años venideros se quiera abrir un gran centro de acogida para migrantes y refugiados . Una instalación en el que toda persona que llegue al territorio nacional en busca de refugio por razones económicas y políticas sea recibida y tratada con cortesía y humanidad. No habría manera de que esa obra no llevara el nombre del líder supremo de la 4T . Aquel que en su mandato abrió los brazos a los hermanos haitianos, y centroamericanos. Aunque le tomó algún tiempo y se soltaron algunos garrotazos, patadas e insultos, finalmente logró canalizar la avalancha de migrantes e impedir que llegaran al norte, a la frontera con Estados Unidos, donde iban a sufrir de violaciones, discriminación y malos tratos .
Y cuando la Quinta o Sexta Transformación inaugure la segunda base aérea militar , será aún más grande que la que construyó en 2021 la Cuarta Transformación. De quién si no de AMLO debiera haber una gran escultura que se levante en el ingreso a esa terminal aérea. Nadie podría oponerse, pues de inmediato las Fuerzas Armadas recordarán a los desmemoriados quien fue el precursor de que las mayores obras de infraestructura del país las hicieran los militares; quien es el que les dio tareas que antes solo hacían, y muy mal los civiles y quien les confió la seguridad y el regreso de la paz al país.
Con esos argumentos no podría existir alguien que se opusiera a rendirle ese sencillo pero muy merecido homenaje. Incluso en la base del monumento podría escribirse una de las máximas del hombre. “Amor con amor se paga” y la “humildad marcó su vida”.
Y en los años venideros sin duda habrá que erigir un monumento a la honradez para conmemorar al héroe que durante los primeros tres años de su sexenio logró acabar con la corrupción histórica que México había padecido ¿Qué otro nombre que no sea el de Andrés Manuel López Obrador podría tener esa obra? Cierto es que también podría llevar el de la doctora Irma Eréndira Sandoval , pero aunque la labor de esta dama fue relevante, el artífice de la guerra contra la corrupción es el Presidente.
Así que esta vez no Presidente, esta vez tiene que hacer a un lado su humildad y permitir que los mexicanos le agradezcan por sus desmañadas, sus giras, sus obras, su generosidad con todos los sectores de la sociedad, pero en especial con los más pobres, esos por los que tanto vio, y vio crecer en su gobierno. Permita señor Presidente , que se demuestre que los mexicanos son bien nacidos y muy agradecidos.
Conscientes de que usted es difícil de convencer, solo tiene que recordar sus palabras: “El pueblo manda” , ha dicho, aunque usted haya puesto en su testamento que no quiere monumentos , recuerde que usted ya no se pertenece, sino que pertenece al pueblo, y el pueblo, no lo dude, exigirá estatuas, hemiciclos y bustos con su augusta imagen; carreteras, avenidas, bulevares, calles, hospitales y escuelas con su venerable nombre ¡Faltaba más!
ME CANSO GANSO.- La hija desobediente
Bien doña Isabel , aunque él no quiera hay que hacerlo prócer. Y si la corren del consulado de México en Estambul por gritar “ Viva López Obrador ”, al igual que lo hizo con Hidalgo, Morelos, Josefa Ortiz de Domínguez y demás próceres de la Independencia. “Viva López Obrador”, usted podrá regresar a México con la frente en alto, pues la podrán acusar de desobedecer al Presidente, pero nunca, de ser mal agradecida. Que quede constancia…