La Transformación ya es una realidad. Hace menos de cuatro años, la policía y el Ejército perseguían a capos y correteaban a los cárteles echando bala y poniendo en riesgo a la población civil. Ahora, los capos y los cárteles persiguen a los policías y militares , quienes huyen a toda velocidad para no tener choques con ellos.
Y el cambio no es cosa de hoy. Si recuerda, en octubre de 2019 cuando militares detuvieron al narcotraficante Ovidio Guzmán , hubo una negociación para que a cambio de soltar al hijo de “El Chapo” Guzmán el cártel de Sinaloa no provocara un baño de sangre en Culiacán, y que los mafiosos no atacaran instalaciones militares o a la población civil. El joven Guzmán fue liberado, no se derramó ni una gota de sangre, no hubo guerra. Si eso no es una Transformación, entonces quién sabe que lo será.
A poco más de la mitad de este gobierno, estamos a punto de que México supere los 120 mil homicidios dolosos que se cometieron durante los seis años de mandato del malvado guerrista Felipe Calderón , a quien nunca le importaron los daños colaterales entre la población civil, y usted y el conservador que lleva dentro seguro dirá que la política de abrazos, no balazos es un fracaso, que hay más muertos ahora que antes, pero no es así. Sí, quizá haya más muertos, pero ya no hay guerra ¿Caray, eso no es un logro de esta revolución de las conciencias?
La Cuarta Transformación prometió acabar con la guerra que Calderón desató al darle un “garrotazo” al avispero, y que Peña Nieto continuó, pero nunca dijo que habría menos muertos que antes, son dos cosas muy distintas.
Además, este gobierno es tan humano que no solo se preocupa de cuidar a los soldados y policías, e impedir que se baleen con los criminales, sino que también piensa en los malos, quienes pueden ser narcotraficantes, secuestradores o feminicidas, pero ante todo, son seres humanos.
“Cuidamos a los elementos de las Fuerzas armadas, de la Defensa, de la Guardia Nacional, pero también cuidamos a los integrantes de las bandas, son seres humanos” , dijo ayer el Presidente, para demostrar, con hechos y no con palabras, que este es un gobierno tan bueno que cuida a los malos ¿Anteriormente quién pensaba en los malos? Estamos ante una Transformación pura.
Antes, todos se quejaban de los gasolinazos, de que los precios de los combustibles no paraban de subir. Hoy, si usted va a la gasolinera podrá ver que los precios no han subido, lo que sube es la inflación. Es decir, la gasolina sigue costando lo mismo que en 2018, y lo que usted paga de más cada que va a cargar es producto de la inflación.
El Presidente nunca prometió que la gasolina fuera a bajar de precio, solo dijo que no subiría, y en efecto, hoy cuesta más pero no ha subido. Parece un poco complejo, pero es muy sencillo entenderlo, aunque usted, cegado por su neoliberalismo no quiera verlo.
Si paga más, pero no paga más (explicaría la señorita García Vilchis, que no sabrá leer, pero entiende bien de economía y finanzas nacionales).
Y peor aún, no solo no entiende, sino que critica que el gobierno vaya a gastar hasta 400 mil millones de pesos (dos puntos del PIB) para subsidiar las gasolinas y evitar que suban de precio, como lo prometió el Presidente. Como siempre, usted, como buen conservador , se opone a que el pueblo, que es el que manda, tenga gasolina a precios más baratos que los de Estados Unidos. Eso solo habla de que los anteriores gobiernos hicieron de usted un envidioso e individualista que solo quiere beneficios para los fifís y no para todo el pueblo, incluidos los malosos.
Se quejaba usted además del sistema educativo, de que éramos un desastre, que ocupamos siempre los últimos lugares entre las naciones de la OCDE (el llamado club de los países ricos), y de que había una mal llamada reforma educativa que lo único que pretendía era evaluar la calidad de los maestros y educar a los niños y jóvenes dentro de un modelo neoliberal. Eso, venturosamente, se acabó. Ahora, tendremos un sistema basado en el socialismo, diseñado por mismísimo Marx, sí por Marx Arriaga .
Se acabaron los reprobados, los grados escolares, las pruebas estandarizadas y la competencia con los países desarrollados que siempre nos ganaban. Ahora, la competencia ya no será con las insensibles naciones desarrolladas que solo utilizan la educación como un “factor de legitimización de la diferencia, del clasismo y de la supuesta movilidad social ”. Ahora, competiremos con sistemas educativos de avanzada, como el cubano, el venezolano o el nicaragüense que están basados en la revolución.
Como resultado de tres años de reingeniería, y con la aprobación de una bien llamada reforma educativa, la SEP pasará de ser una “institución burocratizada y deshumanizada” a dar paso a la “Nueva Escuela Mexicana”. Se saldrá de un modelo “neoliberal meritocrático conductista, punitivo, patriarcal, racista, competencial, eurocéntrico, colonial, inhumano y clasista” , a uno “decolonial, libertario, humanista, que termine con el racismo, con las pruebas estandarizadas que segregan a la sociedad, en fin, que acaben con el clasismo en esta sociedad cansada de tantos abusos, de tantos atropellos”, como lo definió el propio camarada Marx Arriaga encargado de Dirección General de Materiales Educativos de la SEP.
Transformación, transformación, transformación, esto ya nadie lo para.
Hoy la bondad se respira en México. Todo es felicidad en este país que hace una revolución dentro de la revolución…
ME CANSO GANSO. - ¿Y quién cuida a las mujeres?
Y una vez que hayan cuidado a los elementos de las Fuerzas Armadas, de la Defensa, de la Guardia Nacional y a los integrantes de las bandas criminales, alguien podría cuidar a las mujeres para terminar con la epidemia de feminicidios que vive el país.
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