Los hombres inteligentes también se equivocan, pero reconocer y enmendar sus errores, los hacen sabios. Por favor señor Presidente, recapacite y nombre como titular de la SEP a la doctora
, quien ya hecho mucho por acabar con la “ciencia neoliberal”, y ahora puede hacer lo mismo con la educación pública.
Todos entendemos que los zapatos de
son muy difíciles de llenar, que cerebros como ese no se dan en maceta, y que la combinación de inteligencia, brillantez y elocuencia que posee la maestra Fina se presenta una vez cada siglo, pero, es necesario seguir adelante y, de entre lo que hay, escoger lo mejor. Y no podría haber mejor candidata a ocupar en escritorio en el que despacharon grandes pensadores, como José Vasconcelos y Delfina Gómez, que la doctora Álvarez-Buylla.
En principio, la austeridad republicana y la pobreza franciscana no podrían tener mejor defensora que doña María, quien, con gran habilidad para las finanzas, logró que 22 mil millones de pesos que se iban a tirar a la basura, pues estaban destinados para la vacuo e intrascendente sector de la ciencia, sean ahora utilizados para la construcción de los “proyectos prioritarios” de infraestructura del presidente
, como el Tren Maya , el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles y la Refinería de Dos Bocas, entre otros.
Diga usted si no es de genios, de inteligencias superiores, dedicar los fondos públicos al cemento y la varilla para erigir una terminal aérea, que en algunas décadas generará ingresos y ayudará al desarrollo de la región; o, en construir un tren, que impulsará el turismo y mejorará la movilidad en el sureste del país, en vez de gastarlos en intangibles investigaciones para generar desarrollos científicos y tecnológicos.
Eso de financiar proyectos de ciencia y tecnología no tiene mucho sentido. Para qué quiere un país desarrollar vacunas, si ya las hace Pfizer; para que se meten los científicos mexicanos a inventar los nanoprocesadores si ya los utiliza Apple; los autos eléctricos ya los hace Tesla y los aviones se diseñan y fabrican en varios países del mundo. Utilizar la ciencia y la tecnología para crear fármacos o bienes de consumo es trabajar a favor de los grandes empresarios, de las transnacionales, es un pensamiento oprobiosamente neoliberal.
Esta misma semana la doctora Álvarez-Buylla dijo, a mucho orgullo, que, al no canalizar los 22 mil millones de pesos a fideicomisos de ciencia, 10 mil proyectos quedaron “tirados”. Así se hace doctora. A qué mete obtusa se la habrá ocurrido invertir tanto en ciencia y tecnología, cuando el pueblo bueno lo que necesita son programas sociales, un poco de dinero en efectivo.
Para que tirar dinero en universidades, si muchas de ellas se han derechizado, si se puede dar dinero a programas sociales para que los jóvenes sean empleados como “aprendices” en empresas.
El dinero es poco y hay que cuidarlo para entregarlo a los pobres, no para andar dando becas a personas para que vayan a estudiar a universidades en el extranjero donde solo los enseñan a robar y perpetuar un modelo neoliberal, en lo que solo los ricos, los potentados, los machucones, son los que se benefician.
Claro que hay que dar becas, pero también hay que cuidar los recursos, por eso el Conacyt , bajo la conducción de la doctora Alvarez-Buylla, buscó quitar las becas aquellas investigadoras que se embaracen, o a cualquier becado que participe en manifestaciones. Se les paga por investigar, por hacer descubrimientos, no para andar con el novio, ni de grillos o activistas. Desafortunadamente, los medios fifís se atravesaron e impidieron que se les quitaran las becas a esas y esos vividores.
Y, pasando del tema del dinero, que es lo que más importa, doña María podría dedicar la mayor parte de sus horas como jefa máxima de la SEP a desbaratar e intervenir semilleros de neoliberales, como lo hizo con el CIDE .
Y de la educación, como hasta ahora, se encargará el fiel Marx Arriaga, actual director de Materiales Educativos de la SEP. Don Marx, quien considera que leer por goce es un acto individualista, bien podría ser el secretario de Educación, pues en los hechos casi lo ha sido en la administración de la maestra Fina.
De no ser porque el Presidente ya dijo que quiere a una mujer al frente de la SEP como relevo de Delfina Gómez, Marx Arriaga podría ser un gran secretario de Educación, no tan bueno como la doctora Álvarez-Buylla, pero algo muy cercano.
Don Marx ha pasado los últimos tres años limpiando la educación pública del neoliberalismo. Una de sus ideas más brillantes, y que sin duda será registrada por la historia de México como un parteaguas en la educación pública, es que propuso que se eliminen de los libros de texto palabras como “competencia” y “calidad educativa”, cuya exclusión ayudará a poner fin a lo que él llama "el sueño neoliberal".
El pensamiento de don Marx no podría estar más alineado con el de la doctora Álvarez-Buylla, quien asegura que “la ciencia occidental es la que ha producido los avances más deslumbrantes y, quizá, más inútiles como la llegada a la Luna” o que “en el sistema capitalista neoliberal globalizado, las corporaciones usan a las científicas y su ciencia, nuestra ciencia, y dictan qué se investiga y qué no”.
Señor Presidente, tiene al Dream Team para dirigir la SEP, piénselo, usted podría hacer brillar, aun más, el momento estelar que vive México, pasaría a la historia como el mandatario que en un solo sexenio acabó con la ciencia y la educación, desde luego, estamos hablando de la ciencia y la educación neoliberales.
ME CANSO GANSO. - El pensamiento del Presidente. - Este Arlequín metiche se enteró que, en las ocho columnas de hoy de la edición impresa de
, El Gran Diario de México, se informa que la Secretaría de la Defensa, decidió inmortalizar en las paredes de varias de sus instalaciones frases del presidente Andrés Manuel López Obrador. La idea, además de genial austera, pues, aunque cada uno de estos apotegmas debieran estar inscritos en letras de oro, por ahora, y mientras la inflación y la crisis económica no cedan, solo se plasmaran con pintura, eso sí, de aceite, de la buena. Sin embargo, las frases que escogieron no son quizá las mejores, faltaron algunas clásicas, por ejemplo: “El pueblo no es tonto, tonto es el que piensa que el pueblo es tonto”; “Si ayudar a los pobres es ser populista, que me apunten en la lista”; "A mí me pueden llamar peje, pero no soy lagarto” “Estoy consciente de que represento un rayo de esperanza”; “Yo ya no me pertenezco, yo soy de ustedes, soy del pueblo de México". Y quizá la que bien podría ser el nuevo lema de las fuerzas armadas: “Amor con amor se paga”.
ME CANSO GANSO II.- De Macuspana para el mundo. - En el concurso por el trofeo a la adulación presidencial, el dirigente nacional de Morena, Mario Delgado, tomó la delantera, con las siguientes palabras: “La influencia del pensamiento de Andrés Manuel López Obrador ahora se ve reflejado en Colombia, en donde uno de los principales programas de su presidente, Gustavo Petro, es el combate a la corrupción y tener un gobierno cercano a la gente. ¡Ay ojón!
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