Ahora que el secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma, se va como embajador a Washington , el presidente Andrés Manuel López Obrador anda en búsqueda de la persona que se haga cargo de la Educación Pública de la Cuarta Transformación, y como eso de los head-hunters es cosa de neoliberales, este Arlequín , de manera patriótica y desinteresada, propone los nombres de tres mexicanos de excepción que bien podrían sentarse en la silla que algún día ocupó el gran educador y filósofo José Vasconcelos.
Afortunadamente, dentro del movimiento revolucionario de la 4T existen muchos cuadros con grandes talentos y podría haber, al menos, una docena de personas capaces de desempeñar un papel excelente al frente de la Secretaría de Educación Pública . Sin embargo, los personajes de los que se hablará no son los únicos, pero sí los mejores, es decir, lo mejor de lo mejor.
El primer candidato, quizá usted ya lo adivinó, es el brillante doctor Hugo López-Gatell. Don Hugo es bueno para todo, pero hay dos cosas que lo vuelven el secretario ideal de Educación Pública. La primera, que es un docente nato , un explicador por naturaleza. Si usted le pregunta la hora a un neoliberal seguro le responderá: “son las siete”. Pero si se la pregunta al explicador López-Gatell, seguro obtendría una respuesta como esta:
“Estamos en Palacio Nacional, en el centro de la Ciudad de México, durante la semana 40 de esta pandemia de Covid-19, enfermedad que produce el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 ; son las siete de la noche y es momento de empezar nuestra conferencia de prensa”. Ve usted, qué diferencia.
Se nota que el doctor trae el control de estado, no solo se limita decir la hora, sino que ubica el espacio y presenta el contexto. Claro que algunos envidiosos confunden la sabiduría de López-Gatell con lo que coloquialmente se conoce como rollo. Es decir, los muy ignorantes, confunden al sabio con el rollero .
Pero el doctor López-Gatell no solo es bueno para la docencia, el manejo del lenguaje y la explicación, no. Lo suyo, lo suyo, y la segunda razón por la que sería el secretario de Educación Pública ideal, es que es buenazo en probabilidad , para los números, pues. Él doctor calculó que la pandemia en México iba a dejar unos seis mil muertos; y luego, como todo científico, recalculó la cifra en la búsqueda de mayor precisión, y determinó que la cosa podría llegar, en un escenario catastrófico, a los 60 mil muertos…
Espere mi conservador amigo, no se apresure a decir que el doctor falló y que ya llegamos a las 116 mil muertes, que es casi el doble de lo calculado. Pues aunque, en efecto, las cifras se dispararon no fue culpa de un cálculo fallido de don Hugo, sino de los gordos , los diabéticos y los hipertensos que por tomar refrescos, comer chatarra y no hacer ejercicio alteraron los números. Ah, pero recuerde que también es culpa de los fiesteros , de aquellos que no atienden el llamado presidencial de quedarse en casita.
Designar a López-Gatell no solo sería una beneficio para la educación de los niños y jóvenes, sino también para su salud, pues se encargaría de que todos los estudiantes cambiaran las aguas negras del imperialismo yanqui, por la muy nacional y revolucionaria agua de limón con chía, desde luego sin azúcar.
Otro candidatazo es nada y nada menos que el actual director de la Comisión Federal de Electricidad, el buen Manuel Bartlett. Don Manuel, no solo es un hombre de cultura amplia, sino que podría sumarle a la Educación Pública de México una asignatura que mucha falta hace: la ética.
La honradez , a toda prueba, de Bartlett le daría la autoridad moral de incluir en el modelo educativo temas éticos y morales. Que no todo sean cuestiones técnicas y científicas, sino que desde pequeños los mexicanos aprendan en sus salones lo dañina que es la corrupción .
Piénselo, querido lector, querida lectora, don Manuel también sería un excelente impulsor de temas ecológicos. De seguro establecería cursos para fomentar la creación y el uso de energías limpias . Ojo, además ya tiene experiencia en la SEP: fue su titular en el sexenio del priista Carlos Salinas de Gortari. ¡Faltaba más!
Pero donde sin duda es un maestro, es en el uso de sistemas de computación, especialmente en lo que tiene que ver con la ciberseguridad y la manera de impedir fraudes, o que los sistemas se caigan.
Sin duda, el poblano es un aspirante de primera para la SEP, aunque la CFE perdería a su mejor activo; sin embargo, de ser el caso, se buscaría en la inmensa tómbola de talento de la 4T un sustituto para Bartlett. Seguro habrá muchos, no de la experiencia y el tamaño de don Manuel, pero sí con muchos conocimientos y ganas de crecer.
Y el tercero de los candidatazos, no es otro que el actual senador y líder de la bancada de Morena, Ricardo Monreal . Don Ricardo sería el secretario de Educación que se especializaría en que todos los estudiantes cumplieran siempre con sus tareas. Se acabaría aquello de que: la dejé en la casa, se fue la luz y no pude terminarla, se cayó el internet y no la alcancé a mandar, etc. Monreal ha demostrado con hechos que cuando el maestro pide una tarea esta se debe cumplir.
Todas las iniciativas importantes que el Presidente requiere para hacer su revolución se las encarga a Ricardo, pues él sabe cómo cumplir. Si es necesario sentarse con el diablo, Monreal se sienta con el chamuco, pero los deseos o las tareas que le encomienda el Presidente se hacen realidad.
Además, Monreal lo mismo ha sido gobernador perredista de Zacatecas, que alcalde morenista en Cuauhtémoc, en la CDMX, o senador y hasta diputado del PT. Así que pude ser secretario de Educación y, si se le requiere, hasta presidente de México o de cualquier otro país vecino.
Ahí tiene el señor Presidente la humilde sugerencia de este Arlequín . Cualquiera de los tres mencionados es garantía de éxito.
ME CANSO GANSO.- Descanso ganso
Como este Arlequín , desgraciadamente no es una fuerza moral, sino como los otros 120 millones de mexicanos, solamente es una fuerza de contagio, aprovecha estos días de fin de año para guardarse. Así que aquí nos vemos el próximo año, por lo pronto queridas lectoras, queridos lectores reciban un abrazo virtual, pero muy sincero.