Claro que la merece, y más todavía, pues no solo confesó haber recibido sobornos por más de 10 millones de dólares, sino que incumplió uno de los tres mandamientos de la Cuarta Transformación : mintió sin tocarse el corazón.
Y claro, engañó al fiscal Alejandro Gertz Manero , hombre humanista, de grandes sentimientos hacia sus prójimos, que obra de buena fe y quien creyó al embustero de Lozoya la promesa de que le entregaría en bandeja de plata a los jefes de la mafia del poder de la pasada administración, la última del periodo neoliberal .
Emilito merece prisión no solo por mentiroso, sino por malagradecido. El procurador Gertz, que como un padre cariñoso, como un abuelo mimoso, trajo al inquieto Emilio desde España en jet privado , como acostumbra viajar siempre, no se merecía este engaño.
A su llegada al país, nada de que una cámara fotográfica o de televisión retratara el rostro del buen Emilio. Para él se montó un show en el que súper policías engañaron a los medios de comunicación, haciéndoles creer que transportaban al verdadero Lozoya en un convoy para presentarlo ante el juez del terrible Reclusorio Norte , pero en realidad era un Lozoya fake , un vil señuelo, mientras que el real era sacado con sigilo por otro lado.
Imposible exhibir a Emilito, el niño cantor que iba a lograr que el de la Cuarta Transformación fuera el primer gobierno en poner en la cárcel a un expresidente por la maldita corrupción ¿Llevarlo ante los medios? Desde luego que no, ni que fuera el “ Chapo Guzmán ”.
Otra muestra del trato generoso que recibió este ingrato quedó plasmada en una acción piadosa de Gertz, quien en lugar de presentarlo ante un juez en el Reclusorio Norte , consintió que Emilio fuera trasladado a un hospital privado, pues regreso de España con cólicos y dolor de pancita.
Y al salir del hospital no crea que la Fiscalía General de la República pidió que quedara en prisión preventiva. No, aunque Lozoya ya se había fugado y tuvo que ser extraditado a México, la FGR permitió que se quedara en libertad con el fin de que ayudara a tejer la red en la que caerían tanto el expresidente Enrique Peña Nieto , como el exsecretario Luis Videgaray , ese par de pillos que ahora viven en el extranjero.
Y fueron 15 meses de fiesta, de cenas opíparas , de patos laqueados, caldos franceses y vino tinto del bueno. Meses de tolerancia de la Fiscalía, y de embustes de Lozoya.
Pero lo peor es que Emilito no solo rompió el corazón del bondadoso fiscal, sino que el doctor Gertz hizo creer al presidente López Obrador que había cogido la punta de la madeja de un escándalo de corrupción que ejemplificaba la podredumbre del periodo neoliberal.
Y el Presidente se dejó ir con todo. Una y otra vez dio credibilidad a las acusaciones de saliva de Emilio y defendió la figura del llamado criterio de oportunidad –una especie de testigo colaborador que confiesa sus delitos y ayuda a la autoridad- que la fiscalía le concedió amablemente al exdirector de Pemex .
“Es muy importante que la Fiscalía haya resuelto arreglar jurídicamente la extradición del señor Lozoya como testigo colaborador o como testigo protegido , porque esa información que pueda proporcionar va a ayudar mucho en el propósito de limpiar de corrupción a México, de purificar la vida pública”, dijo el Presidente en su conferencia de prensa en Palacio Nacional en julio de 2020.
Y resulta que ni ayuda, ni limpia, ni purificación de la vida pública, el vivales de Emilio por meses se hizo pato.
"Hay que cuidar al señor, porque ya comienza a mencionar a personalidades, políticos… lo que él va a decir, si cumple con el compromiso que tiene con la fiscalía, van a ser revelaciones trascendentes, muy fuertes", agregó en la misma conferencia de 2020.
Al final, el señor solo hizo eso, mencionar a personalidades y conseguir 16 meses de libertad, pero de evidencias, pruebas y videos, nada de nada.
Bien lo dice el dicho, cría soplones y te dejarán en ridículo. No se vale…
ME CANSO GANSO.- Balazos, no abrazos.-
Una cosa es ser un despiadado sicario o el capo de un cártel, y otra muy diferente, es ser un migrante que cruza por México huyendo de la pobreza o la violencia en su país de origen. Para los primeros abrazos, para que sientan el cariño y comprendan que están mal y dejen de vender drogas, de lavar dinero, de traficar con seres humanos y de asesinar a otros seres humanos. Para los segundos, que entran a México sin documentos y que no se paran cuando un miembro de la Guardia Nacional se los ordena, para ellos, hay balazos.
ME CANSO GANSO II.- Un descanso ganso.
Ahora que Lozoya está tras las rejas, este Arlequín tomará unos días de descanso, con vino tinto del bueno y pato laqueado a la pakinesa, y estará de regreso el viernes 19 de noviembre.