Cuánto polvo han levantado estos últimos días los conservadores que se oponen a la reforma al Poder Judicial, que, entre otras muchas genialidades, contempla que los ministros de la Suprema Corte y los magistrados sean designados por el voto popular. Es decir, que usted pueblo bueno vaya a las urnas para decidir quiénes serán sus jueces y garantizar que no respondan más que a los intereses del propio pueblo, y con ello poner fin a la corrupción que corroe a ese poder encargado de impartir justicia.
Vaya idea más inteligente la que tuvo el presidente López Orador al presentar esta reforma, no hay manera de fallar. Usted ha podido comprobar en carne propia que la manera más eficiente de acabar con la corrupción es que los funcionarios sean electos por el voto popular.
¿Alguna vez ha sabido usted de un diputado, un senador, un alcalde, un gobernador o un presidente que sean corruptos? Desde luego que no, y eso se debe a que las personas en esos cargos llegaron por medio de una elección popular, el pueblo los puso, y recuerde: el pueblo no es tonto, tonto es que cree que el pueblo es tonto.
Dicho esto, ahora se puede explicar el porqué los conservadores no quieren que los máximos jueces del país sean electos por el voto popular, es evidente que son ellos, los neoliberales corruptos, lo que quieren controlar la designación de estos miembros del Poder Judicial, para que desde los tribunales sigan velando por los intereses de la oligarquía y no del pueblo.
Argumentan que esta reforma busca quitar la independencia del Poder Judicial y someterlo al Poder Ejecutivo y al partido oficial, pero eso es falso de toda falsedad, pues, este gobierno y este partido son muy diferentes a los anteriores gobiernos y a los viejos partidos, y aunque Morena está fundado por priistas y perredistas y tiene en sus filas a una gran cantidad de ex panistas, todos ellos, hay que decirlo, cometieron muchos pecados, pero ahora, la Cuarta Transformación los ha purificado y los ha regresado al redil.
Y aunque todos los conservadores del mundo se opongan, tan pronto como en septiembre, la reforma al Poder Judicial del presidente López Obrador será una realidad, por lo que desde ahora habrá que ir pensando en candidatos a ministros y ministras de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que requerirá de nueve valientes que estén encargados de integrar el máximo tribunal del país y de cuidar la Constitución.
Afortunadamente, dentro de la Cuarta Transformación, e incluso la oposición, sobran nombres de hombres y mujeres que podrían ocupar uno de los nueve asientos del pleno de la Suprema Corte.
Es importante resaltar que no es necesario que quienes busquen ser ministros o ministras tengan que ser una lumbreras en materia de leyes, pues recuerde que para la 4T, la ley no es la ley, y que sobre la ley está la justicia. En este caso, lo importante es que se trate de mujeres u hombres justos, no necesariamente preparados en leyes.
Con estos parámetros establecidos, qué le parecería que los hermanos Pío y Martín Jesús López Obrador, compitieran para ministros de la Corte, ambos han dado muestras de ser honrados y muy justos, pues cuando recibieron sobres de dinero en efectivo, los destinaron para una noble y justa causa. Qué podría ser más noble y más justo que ayudar a que su hermano Andrés llegara a la presidencia de la República y comenzará a transformar al país.
Otros dos candidatazos a ministros serían Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal. Ambos generosos entre los generosos y justos entre los justos. Primero, aunque sabían que ante el talento de Claudia Sheinbaum no tenían oportunidad de ser las “corcholatas” ganadoras en el proceso para designar a la persona que competiría por Morena en la elección presidencial, estos dos próceres generosamente se sacrificaron y se inscribieron en la contienda. Y luego, de manera honesta aceptaron el resultado y se unieron a la campaña de Sheinbaum.
Otro gran ministro podría ser Cuauhtémoc Blanco, tras su exitosa administración en el estado de Morelos -tan bueno fue su gobierno que Morena retuvo el estado en la pasada elección- el político-futbolista sería una bocanada de aire fresco para la aburrida Suprema Corte, pues no todo sería hablar de tediosas controversias constitucionales, acciones de inconstitucionalidad o amparos, también se podrían tocar temas divertidos como el fútbol o del mundo de la farándula, y desde luego, estas discusiones estarían acompañadas de uno que otro traguito para hacerlas más amenas. Fuera togas, vengan los jerseys y los tenis.
Y para que no se diga que la corte es de color Morena, hay en otras fuerzas políticas personajes honorables y justos, cuya inclusión, no solo enriquecería a la Corte, sino que además le daría un toque de pluralidad. ¿Cómo vería a Alito Moreno, el presidente del PRI? Deje de lado el prejuicio y piense en las ventajas. Es un hombre que estaría blindado de caer en las garras de la corrupción. El ya tiene autos deportivos valuados en cientos de miles de dólares, fastuosas residencias y dinero a manos llenas, así que nadie podría doblarlo ofreciéndole bienes materiales.
Y para que no solo haya pluralidad, sino paridad de género, bien podrían quedarse las actuales ministras Lenia Batres y Yasmín Esquivel ambas aliadas de la Cuarta Transformación. En el caso de Batres, no sería siquiera necesario someterla a las urnas pues ella es ya la ministra del pueblo, por lo que sería un dispendio de recursos que participará en un proceso de elección, de alguna manera, ella ya está certificada. Y en el caso de Yasmín Esquivel, se trata de una mente muy evolucionada que se adelantó a la historia y a diferencia de otras y otros ministros conservadores, ella ha entendido claramente qué es la Cuarta Transformación y sus fallos han sido a favor de este movimiento. Y, su honorabilidad es incuestionable, ella es incapaz, como la han acusado, de haber plagiado su tesis de licenciatura. Seguro arrasaría en las urnas.
Y finalmente, otra mujer, se trata de Bertha María Alcalde Luján, a quien el presidente López Obrador ha propuesto como ministra de la Suprema Corte, y las dos veces la batearon. Qué mayor justicia podría haber que, en esta ocasión, Bertha, hermana de Luisa María, secretaría de Gobernación, por fin entrara a la Corte.
Cómo ve, pronto, muy pronto este país tendrá un Poder Judicial como el de Dinamarca, pues cuando la 4T se propone a modificar una institución y llevarla a los estándares de calidad del primer mundo, nada la detiene, ahí tiene para muestra, el sistema de salud, que hoy por hoy está al nivel de los mejores del mundo.
Empezaremos requetebién el segundo piso de la Cuarta Transformación.
ME CANSO GANSO. – La solución para la Selección
Idea millonaria: ¿Y si se sometiera a las urnas la designación del Director Técnico de la Selección Mexicana de Futbol? Quizá nos iría mejor, no cree.