Sí, es cierto, ya va más de la mitad del actual gobierno y no, no somos cómo los países nórdicos en materia de salud. No, no somos un país más pacífico que en 2018, de hecho, los homicidios dolosos son una epidemia imparable. No, no se ha acabado con la corrupción , y no, no tenemos una economía más fuerte.
En contraste, lo que sí tenemos es esperanza, y tenemos no una, ni dos, sino tres “ corcholatas ” que tienen todo para dar continuidad a lo hecho por el presidente Andrés Manuel López Obrador y darle los toques finales a la etapa histórica de la Cuarta Transformación.
Así como el ahuehuete que fue plantado en el Paseo de la Reforma , estas tres personas, una mujer y dos hombres simbolizan la esperanza de que México florecerá por los siglos de los siglos. “Los tiempos del Señor son perfectos”, diría el inquilino de Bucareli.
(primero las damas), Marcelo Ebrard y Adán Augusto López son los nombres de quienes están llamados a ser la esperanza de la 4T , una de estas personas tendrá el alto honor de sentarse en la silla que ocupó López Obrador, y, desde luego, la responsabilidad de continuar con la transformación, sin moverle ni una coma, tal y como a él le gusta.
Por supuesto, antes de llegar a la silla deberán vencer en una elección al candidato de la oposición, si es que para ese día, los opositores ya encontraron uno.
Así que haciendo un ejercicio prospectivo, planteemos el escenario de que la corcholata de Morena resulte ser la premiada en 2024 . Quien gane tendrá sobre sus hombros una gran tarea y también deberá cumplir con algunos pendientillos que AMLO dejará, pese a que trabajó 23 horas y media al día durante seis años.
Por ejemplo, la corcholata ganadora tendrá que garantizar que el sistema de salud de México funcione como el de los países nórdicos. Desde luego que el trabajo ya casi está acabado y solo faltan algunos detalles menores, unos ligeros toques.
Como, por ejemplo, acabar con el desabasto de medicamentos , conseguir unos 10 mil médicos especialistas que quieran renunciar a las comodidades y los placeres burgueses, y que vayan a prestar sus servicios a poblaciones alejadas de los centros urbanos, en donde no hay más ley que la de los grupos criminales.
Y ya de paso, construir en esas zonas hospitales de especialidades en los que haya (como en los países nórdicos) tecnología y equipos para que los especialistas puedan diagnosticar y tratar a sus pacientes, y medicamentos suficientes para que estos especialistas puedan recetarlos y llevar algunos miles de soldados para que les garanticen seguridad .
Cómo verá, la tarea ya está casi concluida y, sea quien sea la corcholata ganadora, ya solo tendrá que llegar a dar los últimos toques y a vigilar que funcione eficientemente el sistema sanitario heredado por AMLO.
En el caso de la violencia desbordada, las corcholatas llegarán al poder en 2024 con cifras históricas en casos de homicidios dolosos (estamos en algo así como 120 mil asesinatos dolosos), pero estos números están ya en un punto de inflexión. A Claudia, Marcelo o Adán solo les tocará la parte sencilla, pues para entonces, los grupos criminales habrán entendido que es mejor abrazarse que andar matándose por el control de territorios de venta y tráfico de drogas . Que no es correcto, ni es de buenos cristianos, andar traficando personas o perforando ductos Pemex para robar gasolina , diésel o gas.
Además, la fuerza laboral de las organizaciones criminales estará diezmada, pues la mayoría de los jóvenes habrán renunciado al lujo barato, a los fajos de billetes, al arma y la troca, y, a cambio, estarán recibiendo de manera puntual sus 2 mil 400 “fortachones pesos” de la beca de Jóvenes Construyendo el Futuro , y no estarán pensando en ser sicarios o traficantes, adiós a los malos pensamientos.
Cualquiera de los tres que llegue a Palacio Nacional , sólo tendrá que encargarse que los grupos conservadores no regresen a querer imponer políticas inhumanas de mano dura contra los criminales, y mucho menos, maltratar a las señoras y los señores delincuentes, que también son hijos del Señor.
Además, ya habrá Tren Maya y solo deberá conseguir a los pasajeros y acabar de plantar los millones de árboles que se talaron para que los vagones pasen por en medio de la selva. Ya tendrá aeropuerto internacional, solamente deberá conseguir que más líneas aéreas quieran aterrizar en esa terminal aérea y acabar las carreteras y vías de acceso para que los pasajeros puedan llegar rápidamente a sus vuelos, minucias, detallitos, pues.
Quien llegue tam bién tendrá refinería nueva y aunque salió algo carita, permitirá a la corcholata ganadora producir la gasolina suficiente para ya no depender de las importaciones, va ser más cara una botella de agua electropura que un litro de gasolina.
Pero en lo que menos va a batallar la corcholata premiada cuando llegue a la silla del águila, es en la lucha contra la corrupción . Por fortuna, AMLO le dejará las escaleras de la casa bien barriditas, pues recuerde que empezó de arriba para abajo. De hecho, ese problema se podría decir que casi está acabado, pero por ahí quedan algunos pequeños casos, como el de Segalmex cuyo daño podría alcanzar los 10 mil millones de pesos, o las sospechas de ilícitos negocios millonarios en el Banco del Bienestar .
Cómo verá, si el país fuera un árbol, sería un ahuehuete, que como el de Reforma, aún no luce perfecto, que se ve medio seco y frágil, pero que, con mucha esperanza, pronto lucirá fuerte y frondoso.
La persona que continuará la obra del tabasqueño estará en tiempos estelares de la historia y confirmará que los tiempos del Señor son perfectos...
ME CANSO GANSO: Alito aguanta
Quién dice que el Presidente no es un hombre solidario. En el peor de los momentos, mientras sus propios compañeros le exigen su renuncia y mientras la justicia le pisa los talones, Alejandro “Alito” Moreno , recibe un sincero y fraternal espaldarazo del mismísimo presidente López Obrador. “Alito, aguanta, el pueblo se levanta”, le dijo el Presidente. Aún quedan en el mundo hombres buenos en el mundo. Amén.