“Que siga López, estamos Agusto”; “#EsClaudia; “Con Marcelo Sí”, sea cual sea la corcholata ganadora, el premio está garantizado: ¡seis añotes más de las políticas de AMLO! ¿Se puede imaginar cuánta felicidad está por venir? Ni siquiera se lo pueden imaginar.
Si en un jalón del actual sexenio se acabó con la corrupción, se terminó con el desabasto de medicamentos, se bajó la pobreza, se pacificó el país, se logró la autosuficiencia energética, se construyó el mejor aeropuerto de América Latina, además de un espectacular tren y una gran refinería, imagínese lo que será México si todo sale bien y nos repiten la dosis, si llega la temporada 2 de la 4T, una 4T Plus.
Prepárese, ahora sí, para administrar la abundancia, como decía el expresidente priista José López Portillo, pues de aquí para el real todo en México será ir hacía arriba y adelante, como lo prometió en el siglo pasado el presidente priista Luis Echeverría Álvarez.
Se acabó el ya merito e inicia la era del sí se pudo. No solo se trata de preservar los avances que logró el presidente López Obrador en la primera temporada de la 4T, sino de ir por más, por una 4T plus, y ya encarrerados caminar hacía una Quinta Transformación, la 5T.
En los cajones del escritorio que se encuentran frente a la Silla del Águila de Palacio Nacional ya está el mapa con la ruta a seguir y los proyectos que cualquiera de las corcholatas que gane la elección estará obligada a cumplir.
Por ejemplo, la línea 2 del Tren Maya, magna obra que deberá conectar el Aeropuerto Felipe Ángeles con Cancún. Así, los millones de pasajeros extranjeros provenientes de vuelos de otros continentes que abarrotarán el AIFA podrán abordar un moderno tren bala y llegar en unas cuantas horas a las bellísimas playas de la Riviera Maya.
Y, qué tal otro Aeropuerto Internacional, total, si el Ejército pudo construir uno en un tiempo récord, bien podría construir otro, o dos más el próximo sexenio. Solo es cosa de escoger un lugar estratégico, como el que se encontró para el AIFA y listo. Desde luego, Texcoco no es opción, al igual que ningún otro lugar en el que se ponga en riesgo los patos, pero hay varias ciudades de Tabasco que bien podrían ser la sede de una nueva terminal aérea.
En esta primera temporada sexenal de la 4T, México logró tener un sistema de salud como el de Dinamarca, que es de gran calidad, pero no el mejor del mundo. Y como usted, yo y todos los mexicanos nos merecemos servicios de alta calidad, durante la 4T Plus, México se colocará por encima del sistema sanitario de Singapur, que según el estudio Global Health Service Monitor, es hoy por hoy el mejor sistema sanitario del planeta.
Según el estudio los cinco mejores sistemas sanitarios del mundo son los de Singapur, Reino Unido, Estados Unidos, Francia y España. Y, los cinco peores los de Polonia, Perú, Chile, México y Colombia. En este caso, seguro el estudio tiene otros datos, pues no colocó a México en el nivel de Dinamarca o Países Bajos, que están en la parte alta de la tabla, pero, el presidente AMLO dice que ya estamos en ese lugar, y con eso basta y sobra, pues él, como usted lo sabe bien, no miente nunca y su sucesor también tendrá que jurar con la mano sobre un Amlito de peluche que nunca mentirá, robará o traicionará.
Y no solo no mentirá, sino que vamos a tener el presidente o la presidenta más popular del mundo. En esta temporada de la 4T, nuestro héroe logró el honroso segundo lugar de popularidad en el orbe, solo detrás de Narendra Modi, primer ministro de la India. Pero, a más tardar, para los primeros días de 2025 cuente con que México obtendrá el cetro de popularidad mundial presidencial, superará a India o quien se cruce en el camino, pues aquí hay con que darle la vuelta. Aquí, la corcholata más chimuela mastica tuercas.
Y si en comunicaciones y salud vamos es ser ejemplo mundial, en materia energética también escribiremos una historia de éxito, pues no solo produciremos todos los hidrocarburos que necesitamos y que los mexicanos podremos comprar a bajo costo, sino que seguiremos construyendo refinerías en México, y comprando las que se nos atraviesen en el extranjero. En el primer año del gobierno de la 4T Plus, se anunciará la construcción de la Refinería de Tres Bocas, y se construirán cuantas sea necesarias.
En materia de seguridad, los militares seguirán en las calles el tiempo que sea necesario haciendo su excelente labor de seguridad pública -aunque algunas veces se les disparan los fusiles si querer y matan a algunos jóvenes desarmados-, sin embargo, poco a poco su trabajo será menos requerido, pues la política “abrazos y no balazos” comienza a dar sus frutos.
En la actualidad, los cárteles y organizaciones criminales se están encargando de hacer justicia y de buscar, entregar, e incluso ejecutar, a los delincuentes que se pasan de la raya. Ahí está el caso de Matamoros, Tamaulipas, donde el Cártel del Gofo entregó a las autoridades a los miembros de su organización que secuestraron y asesinaron a ciudadanos estadounidenses en esa ciudad. Otro ejemplo de esta transformación de criminales en justicieros, se acaba de ver esta semana cuando algún grupo de la delincuencia ejecutó a José Noriel Portillo Gil, alias “El Chueco”, quien el 20 de junio del año pasado asesinó a sangre fría a dos sacerdotes jesuitas y un guía de turistas en la comunidad chihuahuense de Cerocahui, en la Sierra Tarahumara. A este paso, la, o él, nuevo Presidente no requerirá de los servicios del Ejército y la Marina, y las Fuerzas Armadas se podrán dedicar a la construcción y a otros negocios, mientras que de la seguridad se harán cargo los cárteles y organizaciones criminales en una especie de autorregulación.
Dado el éxito que las Fuerzas Armadas dieron en la 4T realizando todo tipo de labores que su jefe supremo les encargó, en esta nueva etapa de la transformación, los militares se harán cargo de operar supermercados, bancos, líneas aéreas, escuelas, restaurantes, cantinas, de dirigir el tránsito en las calles, de manejar el Metro y el transporte público, de controlar el ambulantaje, de componer himnos y de cualquier otra actividad que se le vaya ocurriendo al nuevo comandante, o comandanta, en jefe.
En materia de gasto, ahora sí veremos lo que es verdaderamente cuidar los recursos. Superada la austeridad republicana y la pobreza franciscana de la Cuarta Transformación, la 4T Plus pondrá en marcha la miseria revolucionaria.
Y, sea quien sea que suceda a AMLO, usted no se preocupe, la orden está dada, y no habrá zigzagueos. Sin importar quien resulte la corcholata premiada, el destino está asegurado y blindado, pues el ganador de la elección del 2024 tiene que apegarse al plan establecido por el padre de la transformación. La próxima persona en sentarse en la silla presidencial no se irá por la libre, no habrá medias tintas ni zigzag, no se mandará sola. Por el momento, el que se mueva no sale en la encuesta, y por ahora, no sabemos quién será la persona encargada de llevar a México hacía la 4T Plus, la protagonista de la segunda temporada de la Cuarta Transformación, pero, lo que sí conocemos, es el guion, ese ya está escrito.
¡Ánimo! Lo mejor está por venir.
ME CANSO GANSO. – Lo bueno es que la corrupción se acabó. - En el país dónde el Presidente ha declarado erradicada la corrupción, se conoce ahora el caso de José Ángel Anzurez Galicia, funcionario del Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado, quien cobra moches de 30% de su salario a trabajadores de esa dependencia, además de que entregó contratos por 3 mil 800 millones de pesos, que tendrían que ser revisados para ver si no estuvieron sujetos a su personal impuesto de 30%. El señor Anzures robaba en un instituto encargado de recuperar y devolver al pueblo bueno lo robado por los malos gobiernos, y, una vez más, queda claro que esta dependencia bien podría llamarse Instituto Para Robar al Pueblo lo Devuelto. Esto, así como el fraude del sexenio, el desfalco de, por lo menos, 9 mil millones de pesos en Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex), organismo creado por este gobierno para “procurar que la población con menores ingresos obtenga alimentos de calidad nutricional a precios accesibles”, son dos casos que, afortunadamente, sucedieron cuando la corrupción ya había sido erradicada en México, y solo se trata de vulgares robos sin la mayor importancia, que además, ya están siendo investigados, pero que no alcanzan, ni de cerca, el grado de actos de corrupción. Además, siempre está el socorrido argumento de que “el PRI robó más”.