Sus plegarias han sido escuchadas. Sí hay una luz al final del túnel, un rayito de esperanza. Cuando usted pensaba que todo estaba perdido y que era imposible tener al presidente Andrés Manuel López Obrador más allá de 2024 para que pudiera terminar la obra de la Cuarta Transformación, surge la figura de la ampliación de mandato, que no es para nada una reelección, ni lo piense; es una AMPLIACIÓN, AM-PLIA-CIÓN, como su nombre lo dice claramente.
Hay que ser realistas: por mucho que el Presidente se levante a las 4:00 de la mañana todos los días, haga sus reuniones de gabinete a las 6:00, sus conferencias a las 7:00 y trabaje de lunes a domingo, un sexenio no es suficiente para realizar una transformación del país. Se necesita de más tiempo, de unos cuantos años más.
Sin embargo, como hombre de palabra que es, AMLO jamás aceptaría una reelección , ni aunque el pueblo, que es el que manda, se lo pidiera. Él ha dicho que es admirador del lema del movimiento de Francisco I. Madero: “Sufragio efectivo no reelección”. Y por lo tanto, jamás buscaría reelegirse en el cargo. Claro está, él nunca dijo que estuviera en contra de la ampliación de mandato. No, señoras y señores.
Quizá, si en el 2024 el pueblo le ordena que amplíe su mandato, para empezar unos dos añitos hasta 2026, para que consolide la Cuarta Transformación del país, él, que es un hombre bueno y generoso, podría aceptar el sacrificio y de quedarse un tiempo más en Palacio Nacional . Al fin y al cabo, él ya no se pertenece, nos pertenece a todos los mexicanos, sin importar si son conservadores o leales a su causa.
Ya me imagino que su cerebro conservador y neoliberal está pensando que se trata de una reelección, pero fíjese que no, no es así. No habrá elección alguna, esa ya fue en 2018 y AMLO ganó de calle. Se trata solamente de irle añadiendo los años que hagan falta a su mandato para completar la transformación.
De ninguna manera significa que AMLO irá de nuevo a las urnas, que volverá a estar en las boletas, para nada, eso sí sería una descarada reelección. Aquí, de lo que estamos hablando, es de una práctica más moderna, de avanzada democrática, nada que ver con una perpetuarse en el poder o con una dictadura, solo se agregan unos cuantos años al mandato, y en cuanto él acabe su transformación se va a su finca de Chiapas , a cuidar de sus ceibas y sus caobas. ¿Cuál reelección? ¿Cuál dictadura? ¿Cuál tiranía?
No se deje confundir por los conservadores y analice por un segundo las grandes ventajas de ampliar el mandato presidencial.
Para empezar, en 2024 no se gastaría en un proceso electoral, ya ve usted lo caro que salen las elecciones, y como estamos en pandemia, no podemos derrochar dinero en cosas poco útiles.
Ya no sería necesario el Instituto Nacional Electoral , sus gastos onerosos y sus incómodos consejeros que impiden que sean candidatos, hombres tan admirables como Félix Salgado Macedonio , alias “El Toro”.
Además, se evitarían las peleas que siempre protagonizan los que pierden contra los que ganan.
Bastaría con que en 2024 hagamos un corte, y si las cosas salen bien pues nos vamos con AMLO al 2026, luego al 2029, al 2030, y así, hasta que nos aguante la salud del benemérito de Macuspana, que ojalá sea por muchos años.
Pero también, como él es el responsable de las magnas obras que se están construyendo, es bueno que se quede algunos años más para que en caso de que al aeropuerto Felipe Ángeles se le meta el agua o se le haga un bache en la pista, o que el Tren Maya llegue tarde, o que algo falle en la Refinería de Dos Bocas , haya a quien reclamarle, pues ya ve que en el periodo neoliberal los presidentes se iban y dejaban algunas obras a medias y otras funcionando con fallas, y no había a quien responsabilizar. En este caso aquí estará el Presidente para responder por sus obras de infraestructura.
Si se queda más años también podrá ver crecer los árboles que se plantaron con los subsidiados de Sembrando Vida. Además, podrá ver entrar al Programa de Adultos Mayores a varios hombres y mujeres que estaban en los albores del programa de Jóvenes Emprendedores, cuando él creo ese programa en 2018. Imagine que bonita imagen: los jóvenes convertidos en adultos mayores con su cheque en la mano.
Podrá también ver completado en su totalidad el programa de vacunación contra la Covid-19 , es decir, que se hayan aplicado unas 260 millones de vacunas, dos dosis para cada uno de los 127 millones de mexicanos, por allá del 2030.
Si todo sale bien, y el Poder Legislativo cumple con la obediencia ciega que demanda la 4T, y aprueba la ampliación del mandato de cuatro a seis años del presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Arturo Zaldívar , habrá dado el primer paso para dejar en claro que los mandatos de cualquier otro poder se pueden ampliar.
Sin duda estamos por vivir una época histórica, en la que dos poderes con un solo corazón busquen la transformación de México. Hará falta oro para poder poner en el Congreso las letras de los nombres de los nuevos próceres López Obrador-Zaldívar Lelo de la Rea, como los héroes del 21 que nos dieron patria y que fueron los precursores de la transformación, desde luego, con el aval del otro poder, el Legislativo, que dominado por las fuerzas morenistas nunca tocó ni una coma a las reformas enviadas por el Ejecutivo y el Judicial.
Chulada de país: en qué otra democracia del mundo hay tanta coincidencia entre los tres poderes de la Unión, solo en México, solo en el México de la Cuarta Transformación.
Así que es momento de celebrar, pues una renovación del mandato presidencial aparece en el horizonte.
Estoy seguro de que le acabo de hacer feliz su fin de semana.
Tenemos AMLO para rato.
Sufragio efectivo, sí ampliación.
ME CANSO GANSO.- El próximo candidato de Morena a la Presidencia
Un candidato acusado de violación de mujeres, un diputado acosador de hombres jóvenes y otro candidato que da nalgadas a sus compañeras de partido en plena campaña. Todo indica que el próximo candidato de Morena a la Presidencia de la Republica, el tapado de la nueva era transformadora, será el talentoso joven Andrés Roemer.