Es increíble que en menos de un sexenio México ha alcanzado estándares de bienestar y prosperidad similares a los de otras grandes naciones del mundo. Hoy, gracias a la visión de un hombre valiente y honesto nuestro país tiene un sistema de salud como el de Dinamarca con desabasto cero de medicamentos; también se cuenta con el mejor aeropuerto de América Latina y un ferrocarril más rápido que el tren bala de Japón, pero lo mejor de todo, es que estamos muy cerca de tener un sistema económico como el de Cuba en donde el Estado controla todas las actividades económicas para alejarlas de las manos corruptas de los oligarcas y conservadores.
En este primer nivel de la Cuarta Transformación, que primero Dios, comenzará a construir su segundo piso este mismo año, se logró que el gobierno sea el dueño de aeropuertos, trenes, plantas de energía eléctrica, refinerías, un banco, una línea aérea, hoteles, una productora y exportadora de sal y varios jugosos negocios más.
Este gobierno, con el apoyo decidido de la Fuerzas Armadas, y por instrucciones de su comandante supremo, le entró al comercio y la empresa. Lo mismo vende tanques de gas, que arregla carreteras, o pelea de tu a tu el mercado de las medicinas, con su simpático Amlito de las farmacias del Bienestar, contra el conservador y regordete doctor Simi y sus farmacias de Similares, a ver de qué muñeco sale más peluche.
Y aunque los gastos suntuosos están prohibidos en la 4T, este gobierno se ha dado uno que otro lujito, desde luego, no han sido materiales, sino morales. Por ejemplo, se le dio una bofetada a los españoles que hace 500 años vinieron a someter nuestros ancestros. Nuestro gobierno de la dignidad le compró a la española Iberdrola 13 plantas de generación de electricidad, con lo que esa empresa extranjera dejó de ser la mayor generadora privada de México. A la cara les aventó el gobierno mexicano 6 mil 200 millones de dólares por sus mugrosas plantas, muchas de ellas con tecnología contaminante. Ahora, los españoles ser irán con sus millones a invertir a otro país a construir nuevas plantas de energías limpias que tan de moda están en las economías neoliberales del primer mundo, mientras, el Estado mexicano se queda con las instalaciones, que son algo obsoletas y contaminantes, pero son nuestras. Fuera esos españoles, que además de haberse enriquecido con sus inversiones en México, su gobierno se ha negado a pedir perdón por las tropelías que los conquistadores cometieron apenas hace 5 siglos. El enojo del Presidente con los españoles es tan grande, que paga miles de millones de dólares con tal de no verlos en México, eso sí es dignidad.
Ya antes la 4T había dado otra muestra de dignidad comprando a la empresa Shell de Estados Unidos, una refinería en territorio estadounidense. En 1848, tras la guerra de invasión México cedió por míseros 15 millones de dólares a los Estados Unidos el territorio que hoy comprende los estados de California, Nuevo México, Arizona, Texas, Nevada, Utah, y parte de Colorado y Wyoming. En enero de 2022, el mejor presidente que ha tenido México, ya sabe quién, pagó 600 millones de dólares y nos compró a nosotros, los descendientes de Cuauhtémoc, la refinería de Deer Park, en Houston Texas, y con ello comenzó la recuperación del territorio perdido.
Nuestro Presidente, nuestro rayito de esperanza, no solo construyó los cimientos y el primer piso de la Cuarta Transformación, sino que dejó listo el plano de la obra para que su sucesora, sin moverle ni una coma, lleve a México a ser país ideal en que los oligarcas y la pretensiosa clase media dejen de creerse que están bordados a mano; un país en donde todos los negocios grandes y chiquitos estarán bajo control del Estado y operados y administrados por los militares. Una nación en la que en un corto lapso de tiempo se acabarán las clases sociales y todos los mexicanos seremos iguales, como en Cuba, esa bella isla, ejemplo mundial de igualdad.
Lo único que nos faltaría para ser completamente felices, sería que, como en Cuba, nuestro presidente pudiese durar en el poder por muchos, muchos, años, y que el día que ya no estuviera en este mundo, uno de sus hermanos Pío, Pepín, Martinazo o Pedro Arturo, pudieran seguir construyendo los pisos que le hagan falta a la Cuarta Transformación. Por ahora, aunque no es de sangre, una hermana putativa será la encargada de continuar con el movimiento revolucionario del comandante en jefe AMLO, que aún no se ha ido, y ya se le comienza a extrañar. ¡Hasta siempre comandante López Obrador!
¡Cuarta Transformación o muerte, venceremos!
ME CANSO GANSO. - No tienen ni Pío de vergüenza
- Primer acto. - Aparece Pío López Obrador en un video recibiendo sobres amarillos con dinero en efectivo.
- Segundo acto. - Pío demanda al periodista Carlos Loret por haber tenido la osadía de difundir el video, y lo lleva ante los tribunales para exigirle que le pague ¡200 millones de pesos! por haberle causado un daño moral.
- Tercer acto. - Pío declara ante un juez dice que sí, que él es el que aparece en el video; y que sí, él recibió esos sobres, y que el dinero en efectivo era para “el movimiento” que encabeza su hermano Andrés. Y, tras declarar, Pío se retira del juzgado a bordo de su Mercedes Benz.
- ¿Cómo se llamó la obra?
- Loret es un corrupto